Aunque se suelen asociar los problemas de la caída del cabello o calvicie con los hombres, la verdad es que a las mujeres también les pasa.
Ellas pueden desarrollar un problema conocido como alopecia androgénica, el cual se presenta por antecedentes familiares y genéticos o luego de cambios hormonales como los dados después de la menopausia, que pueden llevarla a que produzca estas hormonas masculinas en exceso.
Este tipo de calvicie se da cuando los folículos se encogen hasta el punto en que dejan de producir nuevos cabellos.
Al comienzo puede notarse que los cabellos se van volviendo más débiles y finos, viéndose más delgados en la parte del frente del cuero cabelludo y la corona. Sin embargo, a diferencia de la alopecia en los hombres, en las mujeres rara vez llega a darse una calvicie masiva o total, sino que se presenta de una forma mucho más difusa, dándose la disminución de cabellos de a poco y en diferentes zonas de la cabeza.
Aunque la prevención es difícil, si se llegan a detectar las causas es posible que la paciente acuda a opciones que le permitan que la caída del cabello no siga evolucionando. Medicinalmente solo hay un tratamiento aprobado para este tipo de alteración que es el minoxidil, el cual aunque no es efectivo en un ciento por ciento, logra dar muy buenos resultados. La clave está en el buen uso de la fórmula tópica que debe aplicarse en el cuero cabelludo diariamente, en la mañana y en la noche.
En el caso de que la alopecia se presente debido a un desorden hormonal, puede tratarse con anticonceptivos especiales para esta afección. O si se identifican otros patologías que estén desarrollando la alopecia, como puede ser la dermatitis seborreica o la psoriasis, con ayuda profesional pueden encontrarse champús y tratamientos específicos que ayudarán a detener el problema y prevenir otros afecciones asociadas.