Hacer el consumo adecuado de granos enteros en la dieta diaria es una estrategia eficaz contra la obesidad y condiciones relacionadas como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.
Así lo sostiene la Organización Mundial de la Salud, OMS, al explicar que la fibra que contienen el grano entero o cereal integral ayuda a una correcta digestión, además, las vitaminas que contiene, como el hierro y el magnesio, liberan la energía proveniente de los alimentos, reducen el estado de cansancio o fatiga corporal y asimismo llevan a un mejor funcionamiento del sistema inmunológico.
Es posible encontrar el cereal integral en las pastas, el pan y el arroz integral. Sin embargo, no todos estos productos contienen el grano completo, “la forma en la que podemos identificarlos es consultando en el listado de sus ingredientes o buscando en su empaque un sello o estampa que lo avale”, explica la gerente de Nutrición, Salud y Bienestar de Nestlé, Claudia Cortés.
Los productos que se considera que tienen el grano entero en su totalidad son aquellos que conserven todas las partes nutritivas y comestibles del grano, manteniendo así los beneficios de las semillas; estos son el salvado, el endospermo y el germen. De manera natural, el cereal integral se encuentra en el trigo, el maíz, la avena, la cebada y el centeno, pero en el procesamiento, cuando el grano es refinado, este pierde el salvado y el germen, y con ello los nutrientes que estos contienen. Puede ser de su interés: Técnicas culinarias para una cocina saludable.