El síndrome del túnel carpiano suele aparecer como consecuencia de movimientos repetitivos que requieren fuerza o por enfermedades que afectan los nervios.
Asesora Dayra Erazo – Fisiatra, adscrita a Coomeva Medicina Prepagada
Con seguridad, en algún momento, ha escuchado hablar del síndrome del túnel carpiano o conoce a alguien que lo ha tenido. Incluso, le han recomendado ejercicios para evitar su aparición, pero ¿sabe identificarlo?
Dolor, adormecimiento, pérdida de fuerza y un hormigueo que va desde la muñeca hasta el brazo son los síntomas más comunes. Sin embargo, habrá quienes piensen que se trata solo de un calambre, pero cuando ya es un asunto frecuente y repetitivo hay que empezar a sospechar que se presenta.
Está claro que esta patología sucede, mayormente, en personas cuyo trabajo implica hacer movimientos repetitivos y manuales, por ejemplo, en individuos que deben escribir todo el tiempo en el computador, cepillar el cabello, hacer movimientos que impliquen mucha fuerza y que desempeñen oficios como la carpintería, en líneas de montaje en fábricas y empacadores, violinistas y otros músicos; jardineros, costureros, bordadores, cocineros y mecánicos.
No obstante, advierte el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares de Estados Unidos, (NIH por sus siglas en inglés) que las mujeres son más propensas a desarrollarlo, probablemente porque su túnel carpiano es más pequeño que el de ellos.
¿Dónde está el túnel?
De acuerdo con Dayra Yolima Erazo Ordoñez, especialista en medicina física, rehabilitación y medicina biológica, el túnel carpiano está localizado en la base de la mano, cerca de la muñeca. Es un paso estrecho de ligamentos y huesos en la base de la mano que contiene nervios y tendones. Cuando se lesiona o se presiona el nervio mediano aparece este síndrome que, por lo general, afecta la mano dominante y produce dolor intenso.
Si bien las señales de alarma comienzan gradualmente, cuando empeoran, incluso sostener objetos puede convertirse en un asunto complicado. La razón es que el nervio mediano es el que se encarga de controlar las sensaciones del pulgar y los dedos (menos el meñique), al igual que algunos músculos pequeños de la mano.
Se sabe, además, que las personas con diabetes, y otras alteraciones que afectan los nervios, son más propensas a desarrollar este tipo de síndrome. El NIH cita que otras de las razones son traumatismo o lesión de la muñeca, obesidad, sobreactividad de la glándula pituitaria, hipotiroidismo, artritis reumatoide, problemas mecánicos en la articulación de la muñeca, estrés laboral, uso repetitivo de herramientas de mano vibradoras, retención de líquidos durante el embarazo, menopausia, o desarrollo de un quiste o tumor en el túnel.
Hay mucho por hacer
En términos de prevención, la ergonomía y las pausas activas son fundamentales. La primera se basa en lograr que la muñeca mantenga una posición natural en el trabajo, las segundas en hacer descansos y estiramientos. Al mismo tiempo, Erazo sugiere no dormir sobre las muñecas ni con ellas flexionadas y llama la atención, especialmente, en la ubicación del teclado, “asegurarse que las muñecas estén en una posición neutral al escribir, que no estén demasiado flexionadas o extendidas”.
Por su parte, una vez el síndrome se diagnostique, el tratamiento depende del estadio en el que se encuentre. Si es leve o moderado, la férula (soportes semirrígidos para mantener la muñeca en posición neutral), la fisioterapia, los antiinflamatorios, mejorar la ergonomía e incluir pausas activas en la rutina diaria son las medidas a tomar. Cuando ya se trata de un asunto severo el procedimiento es la cirugía. Esta última se sugiere cuando las señales de alarma superan los seis meses o si hay daño muscular.
Finalmente, el NIH menciona que terapias alternativas como la acupuntura y la quiropráctica, son opciones “que han beneficiado a algunas personas, pero su eficacia sigue sin probarse. Una excepción es el yoga, que se ha demostrado que reduce el dolor y mejora la fuerza de agarre”.
Rutinas para ayudar a fortalecer
La fisiatra Dayra Erazo sugiere realizar los siguientes movimientos de forma periódica como medida preventiva a la aparición del síndrome del túnel carpiano:
1. Juntar las palmas de las manos como en postura de oración frente al pecho, con los dedos apuntando hacia arriba, levantar los codos hasta sentir un estirón en ambas muñecas y conservar esa posición alrededor de 30 segundos. Repetir de 3 a 5 veces al día.
2. Tomar los dedos de una mano y llevarlos hacia atrás hasta que sienta un estiramiento en el frente de la muñeca, hacerlo por cerca de 30 segundos y repetir en la otra mano.
3. Ubicar la muñeca en una posición neutral, sobre una superficie plana, de manera que la palma de la mano quede hacia abajo. Con la otra mano, sujetar con fuerza la muñeca de la mano extendida y llevar esta última hacia atrás haciendo resistencia. Conservar esta posición durante 10 segundos y repetir de 5 a 10 veces.
4. Levantar un balón ligero en la mano con la palma hacia arriba, apretar y flexionar la muñeca. Hacer 10 repeticiones. Descansar y repetir de 2 a 3 series.
5. Girar la muñeca de manera que la palma quede hacia abajo. Apretar ligeramente un balón y extender la muñeca. Repetir de 5 a 10 veces. Descansar y repetir de 2 a 3 series.
Le puede interesar: Síndrome del túnel carpiano, ¿cómo identificarlo?