Se estima que 235 millones de personas en el mundo sufren de asma, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Una enfermedad crónica que se caracteriza por episodios recurrentes de dificultad para respirar.
Los principales factores de riesgo son la combinación de una predisposición genética con la exposición ambiental a sustancias y partículas inhaladas que pueden provocar reacciones alérgicas o irritar las vías respiratorias. Entre ellas, están:
- Alérgenos o sustancias químicas presentes dentro de las viviendas.
- Ácaros de polvo doméstico que se encuentran en las ropas de cama, alfombras y muebles.
- Contaminación del aire y cercanía a animales domésticos.
- El humo del tabaco.
- Polen y moho.
Otros desencadenantes son el aire frío, las emociones fuertes (ira o alegría) y el ejercicio físico. Un diagnóstico a tiempo de asma para evitar que la afección interfiera en el estilo de vida de las personas es lo recomendable, pues este padecimiento no tiene cura.
El asma es la enfermedad crónica más frecuente en los niños.
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