Hacer ejercicio sin la hidratación adecuada, tener bajos niveles de minerales como potasio o calcio y alteraciones metabólicas, nerviosas o vasculares son las causas más comunes que originan un calambre muscular.
«En sí un calambre es la contracción de un músculo y se presenta cuando este se sobrecarga o lesiona, por ejemplo, cuando una persona entrena mucho sin hacer un buen calentamiento o estiramiento, pues empieza a deshidratarse y a perder minerales», explicó la fisioterapeuta Lorena Jiménez. Agrega que también se presentan en individuos con hipotiroidismo, con problemas de alcohol y en mujeres en estado de gestación y en periodo menstrual.
Según la profesional, los síntomas de un calambre se mejoran con reposo, un masaje y tiempo, los cuales también están asociados a la exposición al frío, el estrés, la anemia, deficiencias de vitamina E, enfermedades (artritis, arterioesclerosis y fibromialgia), o el uso de algunos medicamentos como los diuréticos.
Si una persona experimenta calambres con demasiada frecuencia lo recomendable es que aumente la ingesta de alimentos como la mora, acelga, espinaca y banano, y acuda a su médico, pues estos pueden ser indicadores de alguna clase de afección muscular debido a la disminución de circulación sanguínea por una zona determinada del cuerpo.
Músculos más afectados por calambres:
- Pantorrillas o gemelos
- Músculos anteriores y posteriores del muslo
- Pies
- Manos
- Cuello
- Abdomen
El estiramiento es un buen método para prevenir calambres, principalmente cuando ocurren en las piernas.