Guardar reposo, tomar medicinas para controlar la fiebre y esperar a que pase son las indicaciones médicas cuando se contrae el virus de la influenza, comúnmente denominada gripe. A estas recomendaciones habría que sumarle una más que, por más lógica que parezca, en la actualidad es objeto de estudio de los científicos: dormir
Según un estudio publicado en la revista digital BMC Infectious Diseases, la clave para evitar la propagación de la gripa, de una persona a otra a través de pequeñas partículas expulsadas con la tos o los estornudos, es el aislamiento social.
Las intervenciones no farmacéuticas (ISFL, por sus siglas en inglés), es decir, las acciones que los individuos pueden realizar para disminuir la propagación de enfermedades, como lavarse las manos y minimizar los contactos con las personas enfermas, pueden desempeñar un papel clave en la reducción de la propagación de patologías infecciosas como la gripe, se indica como una conclusión del estudio.
El distanciamiento social, como quedarse en casa viendo televisión y evitar la actividad social, es un importante ISFL en caso de una epidemia, especialmente cuando no hay vacuna disponible o es limitada.
“El brote de gripe porcina que afectó a la ciudad de México en abril de 2009 podría haber sido peor, pero la propagación del virus se redujo por los comportamientos de respuesta de las personas que se distanciaron de los demás”, señaló Davis Michael Springborn, economista de la Universidad de California y autor principal del estudio.
Bien sea iniciados de forma privada o dirigidos políticamente, los ISFL como el cierre de escuelas y lugares de ocio o la cancelación de eventos públicos son cada vez más relevantes en las estrategias de control.
La receta para vencer la gripa parece entonces simple: duerma más, quédese en casa y prenda el televisor.