La piel es el órgano más extenso del cuerpo humano. Su espesor varía entre los 0,5 mm (en los párpados) y los 4 mm (en el talón) y su peso aproximado es de 5 kilos. A través de ella nuestro cuerpo puede revelar disfunciones y malestares que afectan al individuo.
Habla por sí sola: transpira cuando usted está nervioso o se pone colorada si algo le da pena. Sí, esa es la piel, uno de sus órganos más importantes, la misma que lo protege del entorno. Esté atento a sus manifestaciones como la resequedad, pues si no la cuida puede presentar descamación o exfoliación, fisuras o aumento de las arrugas.
La dermatóloga Clara Marcela Jaramillo le sugiere visitar a un especialista si este es su caso, pues explica que en muchas ocasiones las cremas hidratantes tradicionales pueden no cumplir con las expectativas de humedad. El ambiente, el clima, las enfermedades concomitantes como alergias e infecciones y la adultez pueden ser factores determinantes en su aparición.
«Con el paso de los años la piel pierde hidratación y la toma de medicamentos también la puede resecar. Es algo multifactorial», indica la especialista. Agrega que todos los seres humanos tienen un tipo de piel con características y necesidades distintas. Su piel de los talones, por ejemplo, es muy distinta a la de su rostro. De igual manera, la de los hombres es más gruesa que la de las mujeres. Huméctese, sea constante con los cuidados, protéjala del sol y aliméntese de manera saludable, a ella se le notará qué tanto la cuida.
Importancia de la piel:
-Contiene los receptores de las sensaciones.
-Regula la temperatura corporal.
La piel está dividida en:
–Epidermis: es la capa externa de la piel.
-Dermis: es la capa que se encuentra cubierta por la epidermis.
–Hipodermis: es la capa más profunda.
La resequedad de la piel se presenta más comúnmente en las piernas, los brazos, los lados del abdomen (costados) y los muslos.