Según expertos de la Universidad de California en Irvine, algunos juguetes pueden ocasionar daños irreversibles en el sistema auditivo.
«Los padres, probablemente se acostumbran al nivel de ruido de los juguetes favoritos de sus hijos, pero muchos de estos sonidos altos pueden dañar la audición de un niño si no se usan correctamente», argumenta Hamid Djalilian, otorrinolaringólogo del Centro Médico de la Universidad California Irvine.
Cada año, este centro médico realiza una serie de pruebas a decenas de juguetes para evaluar su seguridad, y en las de este año, se encontró que en algunos casos el nivel máximo de volumen alcanzó picos de 125 decibeles, mayor que el que causa un jet de reacción durante su despegue cuando se escucha a una distancia prudente.
Según datos de la Comisión para la Seguridad de los Productos de Consumo (Consumer Product Safety Commission), cada año en las salas de emergencia de Estados Unidos se tratan casi 250.000 niños como resultado de lesiones relacionadas con juguetes, casi la mitad de lesiones ocurrieron en la cabeza y la cara, incluso los ojos.
Por esta razón, el especialista en otorrinolaringología sugiere que los padres realicen pruebas sobre cómo mantener el juguete tan cerca como se pueda del oído, para constatar si es demasiado fuerte.
Fuente: EFE
Lea también: ¿Exceso de juguetes? Cuándo parar.