El raquitismo es un trastorno que afecta a los huesos, lo que hace que se ablanden y se quiebren con facilidad. Es más común en niños.
Esta enfermedad suele ocurrir cuando los menores no reciben suficiente vitamina D, que ayuda al sistema óseo a absorber el calcio y el fósforo. No consumir alimentos que la contienen por intolerancia a la lactosa, por llevar una dieta vegetariana estricta, por no ingerirla debido a un trastorno clínico como la enfermedad celíaca y tener piel oscura, son algunas señales que alertan de una posible deficiencia de esta vitamina. El raquitismo también puede tener una razón hereditaria.
El portal Familydoctor indica que los síntomas del trastorno incluyen crecimiento retardado, dolor en los huesos de la columna vertebral, la pelvis y las piernas, y debilidad muscular. También pueden originarse problemas en los dientes como caries y en la estructura dental. El tratamiento consiste en reemplazar el calcio, fósforo o vitamina D que hace falta en la dieta. Si el menor, por su parte, presenta deformidades óseas provocadas por el raquitismo, es posible que necesite aparatos ortopédicos o una cirugía para corregir el problema.
Tenga en cuenta: los niños de 6 a 24 meses tienen mayor riesgo de sufrir raquitismo debido a que sus huesos crecen con mucha rapidez durante este período.
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