A los 12 años los adolescentes empiezan a vivir el proceso para volverse adultos. No solo está el malhumor, también el acné, el sobrepeso y la seborrea.
Manuel Alonso Alejo Riveros Médico Pediatra, adscrito a Coomeva Medicina Prepagada.
¡Ay!, la pubertad, esa época en la que hay tanto conglomerado de hormonas que los jóvenes no logran conciliarse con ellos mismos; pero no solo está el cambio de temperamento, el creerse inmortal, sabio de todas las cosas, también está lo trágico de los cambios corporales signados por la sudoración, los malos olores y el acné.
Es un momento entre los 10 y los 18 años cuando todo explota —literalmente explota—: un grano en la cara, otro en el pecho, en los lugares más insospechados. Y estos cambios corporales cada tanto incentivan las burlas de los compañeros de clase, de los amigos, lo que hace que los ánimos se caldeen y el temperamento se vuelve otro problema. Pero todo termina o todo tiene solución.
Manuel Alonso Alejo Riveros, pediatra especialista en medicina adolescente y sexólogo, explica que por el influjo normal de las hormonas, más específicamente de la testosterona, los principales cambios de la pubertad se dan a nivel del crecimiento y el desarrollo. Crecimiento de tejidos: estatura y peso; desarrollo: adquisición de nuevas habilidades, sobre todo en el sistema reproductor: menstruación y eyaculación, entre otras.
La pubertad son todos los cambios fisiológicos de corte hormonal que sufre un niño y la adolescencia hace referencia a toda una experiencia de vida de un sujeto que está en tránsito hacia la juventud. Según la programación genética, la adolescencia va de los 10 a los 20 años aproximadamente, sin embargo hay quienes tienen una pubertad temprana —8 a 10 años— o una tardía —20 a 22—: “Hay gente que madura muy rápido, muchachos que a los 15 años ya tienen barba y voz gruesa, otros a los 22 apenas están conociendo el vello facial”.
“Todos estos cambios generan la sudoración y un olor especial que los obliga a usar desodorante. El incremento de la sudoración, más la constante evolución, llega el acné. Mucho sudor produce cebo que en muchas personas que no tienen una adecuada fisiología de eliminación por los poros, los cuales se obstruyen generando el acné. Esto no le da a todo el mundo, depende de cierta capacidad de la piel que en algunas personas no funciona del todo bien”, dice Alejo Riveros.
La mayoría de los casos de acné que se presentan en la pubertad son normales y llegan a su fin, máximo, a los 22 años. Algunos persisten con la patología, siendo estos casos de acné severo, que requieren valoración médica, pues los tratamientos que se venden por televisión solo funcionan para los casos leves. El experto asegura que esta es una enfermedad en la piel que necesita tratamiento específico y que muchas veces los métodos caseros lo único que hacen es dejar cicatrices de por vida. “A veces la calidad de la piel no es muy buena, y producto de eso se da el acné, el cutis graso, que tiene algún efecto hereditario”.
Pero trae consigo otras alteraciones como la dermatitis seborreica, o caspa, como es conocida genéricamente. Tanto sudor en el cabello produce comezón y si no hay un correcto lavado, la seborrea se puede volver un problema mayor.
higiene íntima
Entre los cambios del crecimiento están que “en la mujer hay aumento del flujo genital producto del desarrollo de sus órganos genitales internos por cambios hormonales. Es muy frecuente que en esa edad las adolescentes aumenten su flujo y por inadecuada higiene tengan alguna infección. Producto de esos cambios hormonales se dan otras situaciones como la alteración del estado de ánimo y observamos que en la juventud las personas llegan a ser irascibles, muy malgeniados con la gente con la que tienen un vínculo afectivo. Hay mal humor y cambios de temperamento”.
Hay que tener en cuenta que los cambios de desarrollo puberal no son una enfermedad, son un proceso biológico que le llega a los adolescentes entre los 12 y los 17 años. Es un período de transición que sin duda llega a su fin.
Tema natural
Un proceso fisiológico no produce una enfermedad como tal, sin embargo algunos organismos tienen mayor predisposición a desarrollar ciertos trastornos.
Por esto, es importante que desde la adolescencia los jóvenes comiencen a hacer consciencia de los hábitos saludables que ayudan a minimizar las posibilidades de aparición de ciertos males habituales durante esta época, como lo son el acné o el sobrepeso. Hábitos que, en últimas, permitirán tener una mejor calidad de vida a corto y largo plazo.
80% más de posibilidades tienen los adolescentes que sufren de sobrepeso de #permanecer así en la vida adulta, según las oms.