El alimento básico durante los primeros mil días de vida es la leche. La lactancia es clave en el crecimiento del menor, no solo por los nutrientes que le aporta sino por el vínculo afectivo que representa.
NATALIA PÉREZ ORTEGA Nutricionista dietista.
Otras opciones
Aunque la mejor leche para el bebé es la materna, si el niño es alérgico a la proteína de la leche o si la mamá no quiere o no puede alimentarlo, ésta puede suplirse por otros tipos de leches que cuentan con una nutrición similar. Según el Código Internacional para la Comercialización de Sucedáneos, estas leches deben ser prescritas por un profesional de la salud, que indique la cantidad, frecuencia y duración de su consumo.
Aporte nutricional
La leche materna no solo cubre todas las vitaminas y minerales que permiten el correcto crecimiento físico y desarrollo cerebral y visual del menor, sino que aporta la energía que éste necesita durante los primeros meses de vida. A diferencia de las leches industrializadas, la materna cuenta con unos biofactores que contribuyen a la prevención de infecciones, el desarrollo del sistema nervioso y el cuidado de los tejidos y órganos en crecimiento del bebé.
100% de las necesidades nutricionales del menor son cubiertas por la leche materna.
vínculo afectivo
El acto de amamantar es un vínculo indestructible entre madre e hijo. Es el acto que mejor le permite al bebé adaptarse a la vida extrauterina, convirtiéndose para este en la extensión del cordón umbilical. Pero es importante tener claro que la lactancia exitosa no es necesariamente que el bebé pueda extraer la leche.
Cuando se presentan problemas con la succión, si el niño tiene contacto con el seno materno se mantiene el vínculo afectivo, aunque la madre deba extraer la leche posteriormente.
6 primeros meses de vida es el periodo en el que la leche debe ser la alimentación exclusiva del bebé8