Darles o no permiso, con quiénes irán, cómo vestirán, exposición a drogas y alcohol. Sí, papás: una decisión difícil pero inevitable.
Asesora: Jackeline Bustamante. Psicóloga, adscrita a Coomeva Medicina Prepagada
Más tarde unos que otros, o también más temprano, pero a todos los papás les llega la hora de enfrentarse a una situación complicada e ineludible: las salidas a fiestas de los hijos adolescentes. El temor a que algo les pase, las angustias por saber con quién y en dónde están, si les ofrecen y consumen drogas o alcohol, son situaciones cotidianas por las que pasan todos los jóvenes pero para las cuales nadie está lo suficientemente preparado como para saber, con exactitud, cómo actuar.
Lo anterior porque, como lo explica la psicóloga Jackeline Bustamante, todo depende del entorno en el que haya crecido el joven y que le servirá para estar preparado ante los cambios propios de la adolescencia, entre ellos, el de compartir con personas de su misma edad nuevas experiencias sociales, físicas y psicológicas.
Seguir pautas para afrontar como padres estas nuevas experiencias que trae esta etapa, puede ayudar a mitigar las angustias y aprender a sobrellevar la situación de la mejor manera.
Diálogo claro
El momento en que sus hijos le digan: “Papá, voy a salir con mis amigos, ¿me das permiso?” va a llegar. Para atender a esta pregunta, el papá debe tener claras algunas cuestiones, que solo la complicidad que tenga con ellos dará respuestas sinceras y claras: “¿Quiénes irán?, ¿de dónde son los amigos: del colegio, de la urbanización, del barrio?, ¿a dónde asistirán?, ¿quién los recogerá?”. El diálogo constante, la comunicación y la confianza disminuirán posibles problemas.
Un proceso normal, por el que no hay que alarmarse
Todas las personas pasan por la etapa de la adolescencia, nadie se escapa de vivirla, y por tanto, la clave es tomarla con calma. De hecho, durante la niñez, incluso desde que se nace, cada individuo se prepara para llegar a ella. De allí la importancia de que los padres les sirvan como referentes a sus hijos desde temprana edad.
Si en casa hay una sana convivencia, si se fomenta el diálogo y la comunicación, si los jóvenes ven a sus padres como personas cercanas, que se sientan con ellos y los escuchan, que están pendientes de lo que les pasa, las pautas de crianza estarán fundamentadas y el riesgo de que los adolescentes busquen un escape será menor.
¿Cuándo negar un permiso y pedirles que se vistan de otra manera?
Si la relación con los hijos es fuerte y sólida en confianza y diálogo, pocas veces se tendrá la necesidad de negarles un permiso, pues ellos mismos sabrán qué es lo mejor para sí mismos, sin que se les deba recordar.
En cuanto a la ropa, los jóvenes suelen tener modelos que siguen, pero siempre que en casa se les inculque el valor y el cuidado de su cuerpo, los padres no tendrán que preocuparse por este aspecto, ya que tendrán claros los referentes que deben asumir para sentirse bien y cómodos con lo que usan.
Autoevaluarse como padre
¿Hace cuánto que no habla con su hijo?, ¿cuándo fue la última vez que le preguntó por sus amigos?, ¿le ha hecho seguimiento a sus comportamientos? Es clave que los padres no solo estén pendientes de los jóvenes, sino también de sí mismos y su actuar frente a ellos. Tal vez un papá, sin proponérselo, en algunas situaciones se hace el de la vista gorda, simplemente por no querer enfrentar situaciones complicadas.
Según la psicóloga Jackeline Bustamante, muchos jóvenes se comportan de manera inadecuada cuando no son escuchados y encuentran en otros lo que no reciben en sus casas, incluso personas que no les ofrecen la mejor influencia.
¿Qué hacer cuándo hay rebeldía?
La adolescencia debe ser una etapa tan sencilla como cuando se pasa de la niñez a la pubertad y de la pubertad a la adultez. No debería significar ningún traumatismo en la relación de padres e hijos. De hecho, la rebeldía pasa, y hay que saberla llevar. Se da, generalmente, cuando hay trabas en el diálogo, debido a la ausencia de los padres en los momentos más importantes de sus hijos: no hacen tareas con ellos, no los escuchan, no les preguntan cómo les fue en el colegio, por causas tan diversas como el estrés, la carga laboral, o incluso el desinterés, explica la psicóloga Bustamante. Revertir esto implica tender puentes de comunicación. Le puede interesar: Haga de los conflictos familiares una oportunidad
Enseñarles a decir “no”
Ante las tentaciones que abundan en los contextos sociales juveniles, como el consumo de drogas y de alcohol, así como las insinuaciones sexuales, es importante que los padres inculquen en sus hijos el saber decir que no a ciertas propuestas que no les convienen.
No es una tarea que comience en la adolescencia. Desde que son pequeños hay que enseñarles valores, qué les conviene, con quién reunirse, a quién escuchar, por qué algo es malo, entre otros.
Siguiendo estas pautas de autocuidado, disminuye el riesgo de que caigan en tentaciones indebidas y sin necesidad de que el papá se los tenga que recordar.