La vasculitis es la inflamación de los vasos sanguíneos, provocando en estos un engrosamiento, debilitamiento, estrechamiento o formación de cicatrices.
Estos cambios pueden limitar el flujo sanguíneo y ocasionar daños a los órganos y a los tejidos. La afección puede ser de corta o larga duración, pudiendo afectar a cualquier persona, aunque algunos tipos son más frecuentes entre ciertos grupos.
Los signos y síntomas de esta patología varían mucho y suelen estar relacionados con la disminución del flujo sanguíneo en todo el cuerpo. Sin embargo, indica el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre, las señales más frecuentes son fiebre, dolor de cabeza, fatiga, adelgazamiento, molestias y dolores generales, sudoraciones nocturnas, erupción cutánea, problemas en los nervios que provocan entumecimiento o debilidad.
El tabaquismo, tener infecciones crónicas por hepatitis B o C, padecer algunos tipos de afecciones autoinmunitarias, como artritis reumatoide, esclerodermia o lupus, son algunos factores de riesgo que pueden acelerar su aparición.
Tenga en cuenta: La vasculitis es un término que se refiere a un grupo de enfermedades raras que tienen en común la inflamación de los vasos sanguíneos, entre ellos, las arterias y las venas.
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