Cepillarse a diario y visitar al higienista cada seis meses son dos acciones claves para disfrutar de dientes sanos.
Asesora Ana Sofía Duque – Odontóloga
Con el propósito de crear conciencia sobre la importancia de la visita periódica al profesional en salud oral como parte del correcto cuidado de los dientes, la odontóloga Ana Sofía Duque relata un caso: “Hace poco atendí a un paciente de 25 años que no visitaba el odontólogo, según él, porque nunca le dolían los dientes. En la cita encontré que su higiene estaba muy descuidada, aun cuando se cepillaba a diario, y tres de sus muelas estaban comprometidas y en riesgo por una periodontitis”.
Esta patología, explica Ana Sofía, es una enfermedad silenciosa que empieza con la inflamación de las encías (gingivitis) hasta afectar el hueso que sostiene el diente, provocando que este pierda inserción, presente movilidad y, en el peor de los casos, se pierda. “Es un proceso lento y silencioso en el que por falta de limpieza profunda se forman pequeñas bolsas entre el diente y la encía donde se van acumulando bacterias y residuos. Las bolsas suelen ser cada vez más grandes hasta que el diente se afloja y cae”.
Limpieza periódica
La única manera de eliminar las bacterias que se acumulan en estos casos, es con la visita al profesional, quien es el encargado de realizar una limpieza periódica. “Este procedimiento, que en algunos casos requiere anestesia local, consiste en limpiar la superficie del diente (corona y raiz) próximo a la encía, con la ayuda de una cureta (sin necesidad de hacer incisión) y en algunos casos aplicar medicamento”, explica Duque. Es un tratamiento poco invasivo que permite que el hueso se regenere y vuelva a adherirse a la raíz.
Cuando se diagnóstica periodontitis es más complejo y, aunque no siempre será necesaria la extracción del diente, requiere un tratamiento más avanzado que permita recuperar la salud de la encía. De allí la importancia de la limpieza dental profesional cada seis meses (o tres si se es diabético o se tiene alguna afectación oral previa). A los niños mayores de seis meses también se les aplica este procedimiento, pues desde la primera infancia es importante cuidar las encías.
La labor en casa
El cepillado de los dientes es un proceso serio. A los padres se les recomienda acompañar a los menores hasta los 12 años, porque ellos suelen jugar o morder el cepillo, por lo que no logran remover las bacterias de su boca. Para el cuidado preventivo de los dientes, basta con 5 minutos bien dedicados, después de cada comida.
- Seda dental: es fundamental en cada cepillado porque remueve impurezas de lugares donde el cepillo no alcanza a llegar. No usarla es motivo de mal aliento y gingivitis, porque la comida y bacterias que quedan entre los dientes se descomponen con el tiempo. Para quienes tienen los dientes muy juntos, se recomienda usar cinta dental que es más delgada y, si la encía sangra, es porque hay inflamación, pero esto no es motivo para dejar de usarla porque es justo la limpieza la que ayuda a aliviarla.
- Cepillado: la elección del cepillo correcto depende del paciente, la edad, y la fuerza que aplique en el cepillado. En términos generales (en una dentadura sana) se recomienda uno de dureza media y cerdas suaves. La técnica recomendada por la odontóloga Ríos es hacer barridos desde donde empieza el diente y hacía abajo, aplicando una fuerza media, “pues hacerse muy duro es abrasivo con el diente y muy suave es perder el tiempo”, agrega. Recuerde que la lengua hace parte de la boca y por esto debe cepillarse. Se sugiere cambiar el cepillo cada tres meses.
- Crema de dientes: optar por una que tenga flúor y un buen sabor, según las preferencias. Sin embargo, evitar usar cantidades excesivas ya que el flúor en altas cantidades genera manchas blancas en los dientes al volver poroso el esmalte, lo que los hace más factible a las caries. Tener en cuenta que cualquier crema que tenga químicos que sean para blanquear causa sensibilidad. “Para tener los dientes blancos basta con la limpieza adecuada con una crema con flúor, el resto causa sensibilidad y los inventos populares como hacer buches con piedra lumbre son altamente abrasivos”.
- Enjuague: el agua con bicarbonato para hacer buches es una buena elección. Si se va a adquirir un enjuague, elegir uno que no tenga alcohol. Este proceso ayuda a terminar de eliminar algunos gérmenes y conserva el aliento fresco.
- Caries: la desmineralización del esmalte del diente es un problema de niños y adultos. Aumenta con el consumo de dulces, con el consumo de cigarrillo o la mala higiene. Si una persona se identifica una caries dental visitar al odontólogo para que la retire.