Como en todos los asuntos de la salud, la prevención es la clave. Una adecuada higiene bucal y dos visitas en el año a este profesional ayudarán con la meta.
Asesora: Ana Cristina Manrique – Odontóloga general, adscrita a Coomeva Medicina Prepagada.
Ir al odontólogo es necesario y, visitarlo de forma regular, ayudará a mantener una correcta higiene bucal y a pre- venir enfermedades. Para Ana Cristina Manrique, odon tóloga general, cuando el paciente experimenta dolor obvia- mente se ve obligado a acudir a los especialistas. Una muela afectada o una fractura dental llevan sin duda a consultar. Sin embargo, hay muchas enfermedades silenciosas en la boca que podrían desarrollarse sin el control que se requie- re. “Con la prevención, evitamos problemas no solo a nivel odontológico sino de salud en general”.
Entre esas dolencias sigilosas, la especialista menciona el sangrado de las encías, que puede ser señal de que el hueso y el tejido de soporte del diente están afectados. “Es un llamado de alerta para que pongamos cuidado en esa zona y evitar más adelante, cuando se esté en una edad más avanzada, que nos dé la famosa periodontitis, que puede causar pérdida de los dientes”.
Las pigmentaciones, es decir, las manchas en la cavidad bucal, que el odontólogo puede detectar en sus revisiones, son otro signo de atención de enfermedades como el cáncer bucal. La halitosis o mal aliento también llevan a acudir a los expertos. Inclusive, un dolor de cabeza constante o uno cervical, puede ser síntoma de un problema en la oclusión (mordida o relación de dientes superiores). “Cualquier situación de enfermedad que se esté presentando en la boca, como en cualquier parte de nuestro cuerpo, si se detecta a tiempo puede tener solución”, enfatiza la odontóloga.
La sensibilidad es otra causa común de consulta. “Está asociada frecuentemente con el desgaste del esmalte o superficie externa del diente, generada en muchos casos por el bruxismo. Inclusive hay que tener en cuenta la manera en la que nos alimentamos. Cuando me llega un paciente con sensibilidad le pregunto por su alimentación y si me dice que le encanta el limón, le explico que es muy abrasivo y que acaba con el esmalte y por eso se le está generando una sensibilidad”, añade la especialista.
Dos veces en el año
Lo ideal es que se acuda dos veces en el año a la revisión con el odontólogo, quien podrá realizar una limpieza profunda y un seguimiento a los temas que así lo requieran, e instruir al paciente sobre las formas correctas de cuidar la salud bucal. “Es importante ir para que le enseñen la forma de emplear la seda dental y el cepillo. Limpiar bien, sin hacerse daño, y en dónde debe intensificar el uso, de acuerdo al caso de cada paciente. El elemento principal para una correcta higiene oral es la seda dental. Se trata de un conjunto de factores, pero si la obviamos tendremos problemas de sangrado, el tejido de soporte se va a ver afectado. Es uno de los aspectos que más debemos trabajar en la educación de nuestros pacientes, ese hábito, al menos una vez en el día”, agrega Ana Cristina Manrique.
Muchos temen ir donde el odontólogo, sin embargo, considera que cada vez las personas van tomando conciencia, en especial, las nuevas generaciones, sobre la importancia de llevar a sus hijos a este especialista. “Si se empieza con los niños desde pequeños, de una manera amigable, de juego muchas veces, van a crecer teniendo esto interiorizado. Para ellos no será causa de pánico y estarán bajo el control adecuado”.
Tres elementos vitales en la higiene oral
- El cepillado, mínimo tres veces en el día, y destinar el momento de más calma, como la noche, para un proceso más detallado y consciente.
- En cuanto a seda dental y cepillado, no se trata de fuerza sino de técnica. Si los procedimientos son agresivos, habrá consecuencias molestas en dientes y encías.
- No necesariamente se tiene que cubrir todo el cepillo con crema, esta debe tener la proporción y los componentes que recomiende el odontólogo.
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