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Olvida la piel bronceada

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Los dermatólogos enfatizan que no existe una cantidad segura de exposición al sol. La insistencia en los cuidados y el uso de protección solar, ha disminuido la presencia del cáncer de piel en los niños, pero no en los adultos, en quienes el daño ya está hecho.

Para quienes todavía tienen en sus patrones estéticos de belleza una piel “canela”, esta es una mala noticia: no existe manera segura de broncearse. Las investigaciones en dermatología de la Escuela de Medicina del Hospital Mount Sinai en Nueva York, dejan claro que no existe una dosis segura para recibir directamente el sol. Una de las razones es que todos los seres humanos tienen una composición genética diferente, un tono de piel distinto, viven en regiones disímiles, son demasiadas variables. Es probable que exista alguna cantidad razonable de exposición al sol que cada individuo puede tener sin sufrir lesiones, pero no es posible generalizarlo.

La buena noticia es que menos niños en Estados Unidos contraen melanoma, un tipo de cáncer de piel que se forma en los melanocitos (células de la piel que producen pigmento). Un grupo de científicos revisó datos del registro nacional de estadísticas de cáncer entre los años 2000 y 2010. El equipo descubrió que la cantidad total de nuevos casos de melanoma en niños disminuyó 12% cada año desde 2004 hasta 2010. El estudio fue publicado en The Journal of Pediatrics.

Entre las razones para esta disminución se consideran campañas efectivas de divulgación sobre el peligro de los rayos UV, ya sea del sol o de cámaras bronceadoras, un aumento de niños que juegan dentro de casa en vez de al aire libre, y más conocimiento de los padres sobre la importancia del bloqueador solar y otras maneras de protegerse del sol.

No existe un bronceado saludable. La piel dorada es piel dañada, a menos que sea solo el efecto visual que produce el resultado de la aplicación de cremas y geles autobronceadores.

La exposición al sol, factores hereditarios y el sistema inmune son factores que influyen en el melanoma. Los rayos UVA y UVB de la luz solar, así como el uso de las cabinas de bronceado, pueden contribuir al cáncer de piel. Quienes tienen antecedentes familiares de melanoma (un pariente de primer grado como la madre, el padre o un hermano) están en mayor riesgo. Las personas con un sistema inmunológico comprometido, o que han tenido un diagnóstico previo de melanoma u otro tipo de cáncer de piel, pueden estar en mayor riesgo de desarrollar melanoma.

Aprender a cuidarse
Utilice protector solar con un factor de protección solar (FPS) de al menos 30.
Aplique protector solar generosamente 15 minutos antes de salir y vuelva a aplicarlo cada hora mientras se encuentre en el exterior.
Use un sombrero y gafas de sol, y considere sentarse bajo una sombrilla.
Utilice una camiseta de manga larga cuando esté junto al agua.
Evite el sol entre las 10 a.m. y las 3 p.m., cuando los niveles de los rayos ultravioleta están en su punto más fuerte.

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