Es una enfermedad silenciosa. La mayoría de los síntomas se detectan cuando el cáncer está en un estado avanzado.
Por eso, ante una constante sensación de inflamación abdominal, problemas urinarios, gastrointestinales y pérdida de peso, es importante consultar lo más pronto posible con un profesional médico para que se realicen pruebas de diagnóstico como la ecografía, tomografía computarizada, resonancia magnética o radiografía de tórax.
Otros síntomas asociados que destaca la Biblioteca Nacional de Medicina de los EE.UU. son:
- Sensación de peso en la pelvis
- Dolor en la parte baja del abdomen
- Hemorragias vaginales entre periodos
- Aumento o pérdida de peso
- Períodos menstruales anormales
- Dolor de espalda sin explicación que empeora
- Gases, náusea, vómitos o pérdida del apetito
- Cambios en la frecuencia o urgencia urinaria
- Cambios en la coloración de la vulva (sarpullidos, úlceras, verrugas)
- Prurito o quemazón vulvar
Cuando este cáncer se diagnostica en una etapa temprana, en la que aún está localizado, la tasa de supervivencia de 5 años es hasta del 93%.
Solo un 15% de los casos de cáncer de ovario son diagnosticados en estadios tempranos.
El sitio web oficial del Día Mundial del Cáncer de Ovario que se conmemora cada 8 de mayo desde el año 2013, destaca también la importancia del historial familiar como un factor de riesgo muy representativo, ante el cual se debe prestar mayor atención a los síntomas descritos o considerar cirugías preventivas de extirpación de ovarios y trompas de falopio.
Como mecanismos de prevención también se ha encontrado el uso de píldoras anticonceptivas, las cuales han demostrado reducir el riesgo de aparición del cáncer, así como mantener un peso corporal sano.
Conozca más información sobre esta enfermedad en el siguiente infográfico: