Los callos y juanetes no son normales. Se presentan como consecuencia de una fricción o presión inadecuada sobre el pie que se debe mejorar.
Aunque son bastantes comunes, los callos o dolores en el talón y en las uñas no son algo normal con lo que debemos acostumbrarnos a vivir. De hecho, su aparición puede resultar desencadenando otros problemas más serios.
Ese engrosamiento de la piel que suele darse en la planta del pie, talones o dedos, se forma como un mecanismo de defensa del mismo cuerpo para protegerse de más lesiones que puedan causar el calzado. El problema está en que si estos callos no se eliminan a tiempo pueden resultar siendo foco de infecciones.
Por eso, la recomendación es mantener los pies hidratados, tener a la mano un par de zapatos cómodos para jornadas largas y evitar aquellos que pueden empeorar las callosidades ya existentes. Si sus callos son muy prominentes no intente cortarlos por sí mismo; acuda a un podólogo, quién es el especialista adecuado para tratar este tipo de lesiones.
Asimismo, los problemas en las uñas aparecen tanto por malos cuidados a la hora de cortarlas como por el uso de tacones o calzado muy apretado en la punta. Este tipo de zapatos es también el causante, en la mayoría de los casos, de los llamados juanetes pues hay ciertos tipos de pie que requieren un calzado determinado aunque la persona no lo sepa. Un calzado ancho que no apriete los dedos es la forma de prevenir que estos empeoren. Existen algunos tipos de zapatos con acolchados internos que son ideales para evitar la fricción sobre la piel.
La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos recomiendan tratar bien sus pies como forma de prevenir futuros problemas. Recuerde que si se presenta mucho dolor o sangrado es el momento para visitar a un especialista. Igualmente, si sufre diabetes debe examinar regularmente sus pies pues estos son más propensos a infecciones.