Esta enfermedad respiratoria se controla con un tratamiento adecuado y medidas preventivas, que impactan de manera positiva en la calidad de vida de los pacientes.
235 millones de personas en el mundo tienen asma, la patología no transmisible más frecuente en los niños, según la OMS.
¿Qué sucede en una crisis?
Durante un ataque o brote, el revestimiento de los bronquios se hincha, con lo que disminuye su diámetro interno y se reduce el flujo de aire que entra y sale de los pulmones. Se producen episodios de tos, opresión en el pecho, sibilancias (sonidos) y dificultad respiratoria. Los síntomas se pueden manifestar varias veces al día o a la semana.
Causas más comunes
La predisposición genética, el tabaco, la exposición ambiental a partículas inhaladas que provocan reacciones alérgicas o irritan las vías respiratorias, el aire frío, las emociones fuertes, como el miedo o la ira, algunos medicamentos y la práctica de algunos ejercicios, pueden originar las crisis asmáticas.
50 % de los adultos y niños no siguen el tratamiento prescrito, lo que ocasiona un mal control de los síntomas y un empeoramiento de la enfermedad.
TENGA EN CUENTA
- Cada paciente debe aprender a reconocer qué elementos le causan las crisis asmáticas, con el fin de evitarlos en su ambiente.
- Los episodios recurrentes causan en la persona insomnio, cansancio diurno y disminución de la actividad laboral o escolar.
- El control de la progresión del asma requiere la administración de medicamentos, tales como los corticosteroides inhalados.
Fuente: Organización Mundial de la Salud (OMS)
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