La apoplejía es la forma en la que se llama a un sangrado o a la interrupción del flujo sanguíneo en un órgano.
Comúnmente se refiere a los síntomas de los ataques cerebrales o accidentes cerebrovasculares.
Se presenta de dos maneras: la primera es por un trombo que tapona una arteria obstruyendo la circulación de la sangre hacia el cerebro, mientras que la segunda responde a una hemorragia por la ruptura de una arteria en el mismo órgano o en su superficie.
En cualquiera de los dos casos el cerebro se queda sin oxígeno y dado esto, en solo cuestión de minutos comienzan a morir las células cerebrales. Por esto la importancia de detectar lo más pronto cualquier señal de un accidente cerebrovascular y acudir a un centro especializado inmediatamente.
El Instituto Nacional de Desórdenes Neurólogicos y Accidentes Cerebrovasculares de Estados Unidos enumera los síntomas más comunes asociados a una apoplejía:
- Entumecimiento o debilidad repentina de la cara, el brazo o la pierna, especialmente si es en un solo lado del cuerpo.
- Confusión repentina, problemas con el habla o no comprender lo que le dicen.
- Problemas repentinos con la visión en uno o en ambos ojos. Así como en el caminar, mareos, pérdida del equilibro o de la coordinación.
- Dolor de cabeza severo y repentino sin causa conocida.