Las reuniones en familia son la ocasión perfecta para conocer nuevos sabores y explorar recetas saludables.
La comida adquiere un nuevo significado al convertirse en el centro de encuentros y conversaciones de horas con amigos y familiares. Es normal que, por este motivo, nuestros hábitos alimenticios se modifiquen, en medio de las reuniones sociales, y pensemos más en el placer de compartir una cena deliciosa que en analizar el plato que tenemos sobre nuestra mesa.
Sin embargo, lograr un equilibrio que nos proporcione bienestar pleno es posible. No se trata de renunciar a nuestros sabores preferidos, sino de hacer elecciones estratégicas que le proporcionen a nuestro cuerpo los nutrientes que necesita sin privarnos de compartir la mesa en familia.
No tiene por qué ser una tarea difícil. Una manera de hacerlo consiste en reemplazar algunos ingredientes clave en las recetas de toda la vida. Existe un abanico de opciones que podemos explorar para jugar a reemplazar harinas y edulcorantes.
Harinas
Una alimentación balanceada incluye porciones adecuadas de todos los tipos de alimentos, entre ellos los que nos proveen de carbohidratos, macronutrientes esenciales que llevan energía a células, tejidos y órganos del cuerpo. Las harinas son una excelente fuente para adquirirlos, sin embargo, la clave está en saber elegir.
Provenientes de diversos cereales y semillas, las opciones de harinas que podemos experimentar en la cocina son cada vez más. El criterio clave: dejar a un lado aquellas provenientes de granos refinados que sólo nos aportan calorías vacías, para preferir aquellas que provengan de semillas, granos enteros de cereal y con altos niveles de proteína y fibra.
Entre las opciones se encuentra la harina de avena, rica en fibra, vitaminas del grupo B, ácidos grasos de Omega-6 y minerales como potasio y magnesio. Es especial para hacer galletas, tortas y pancakes. También puede experimentar con la harina de quinoa, que posee un alto contenido en proteínas vegetales, fibra y minerales, y funciona para elaborar masa para pizza, bizcochos y panes.
Las harinas de almendras, arroz, garbanzo y linaza también están entre las alternativas más populares y nutritivas.
Endulzantes
El sabor del azúcar de mesa es uno de los que nuestro cerebro recibe con mayor premura. Sin embargo, su consumo en exceso acarrea riesgos de obesidad, diabetes tipo 2 y caries dental, por lo cual la OMS recomienda reducirlo.
¿La buena noticia? Existen diversas opciones a las que podemos recurrir para darle un toque dulce a nuestros alimentos y, al mismo tiempo, cuidar la salud de nuestra familia.
Algunos de los más conocidos son el banano o la miel, que funcionan muy bien en cupcakes, tortas y jugos. La calabaza asada, la pasta de dátiles, la zanahoria y la cocoa son algunas ideas para explorar y darle dulzor a las celebraciones de año nuevo.