Una forma de alimentación natural, clave para el buen desarrollo del bebé y que es la ideal en la primera etapa de vida de una persona. Además es ideal porque fortalece el vínculo entre madre e hijo.
Asesora: Carolina Gómez López de Mesa
Pediatra
A propósito de la Semana de la Lactancia Materna, un evento anual, que para esta edición tiene el lema “proteger la lactancia materna: una responsabilidad compartida”, se hace necesario evitar la discriminación de las madres lactantes en todos los ámbitos, pues la leche materna es el mejor alimento infantil que existe por su contenido de inmunoglobulinas que protegen a los bebés contra la neumonía, la diarrea, las infecciones del oído y el asma, entre otras enfermedades. En un artículo publicado por la revista The Lancet en 2016, Keith Hansen, director del Sector Salud, Nutrición y Población del Banco Mundial, se refirió a la lactancia materna como “la primera vacuna que recibe un niño contra la muerte, la enfermedad y la pobreza, y es la inversión más perdurable en su capacidad física, cognitiva y social”. Además, previene de la obesidad, favorece el coeficiente intelectual y fortalece el vínculo entre madre e hijo, de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud.
Fórmula natural irrepetible
Aunque los avances en la formulación de la leche artificial han sido notables, aún no se ha logrado replicar la complejidad molecular de la leche materna, y no proporciona los múltiples niveles de protección de la enfermedad que otorga la lactancia.
6 meses de lactancia materna exclusiva es lo recomendado para un bebé. Luego debería acompañarse de otros alimentos hasta mínimo los dos años de edad.
Se transforma para proteger
La leche humana es un tejido vivo y su composición además está programada por una comunicación química entre la madre y el bebé. Gracias a ello favorece el desarrollo del sistema inmunológico a largo plazo y protege contra alergias, asma, enfermedades autoinmunes, patologías intestinales y demás.
32% es el promedio de lactancia materna exclusiva en latinoamérica y el caribe; por debajo de la media mundial que es del 43%.
Con pocas excepciones
La leche materna garantiza la adecuada nutrición del lactante como continuación de la nutrición intrauterina y, excepto en casos de gran desnutrición, casi todas las madres son capaces de producir leche en cantidad y calidad adecuada para su bebé.
En general, son muy pocas las condiciones médicas que impedirían a una madre lactar a un bebé.
823 mil muertes de recién nacidos y de 20 mil madres cada año pueden prevenirse si se incrementa la lactancia materna en el mundo, según la Alianza Mundial pro Lactancia Materna (WABA).