La queratosis pilar, que coloquialmente se le conoce como “piel de lija”, se confunde con el acné, pero es muy diferente. Identifíquela.
Seguro ha observado que la piel de algunas personas se siente áspera, seca y rugosa al tacto, mientras que a simple vista luce con pequeños granos blancos o rojizos y se manifiesta en diferentes partes del cuerpo. Esta condición, se conoce como queratosis pilaris, aparece durante la infancia, se acentúa en la adolescencia y es posible que persista en la edad adulta.
De acuerdo con la dermatóloga Claudia Palacios Isaza, esta afección suele confundirse con un brote de acné, pero su cuidado y tratamiento debe ser diferente por sus características y manifestaciones. “Normalmente estos pequeños granos suelen aparecer en la parte de atrás de los brazos, piernas, mejillas, pecho y glúteos. La queratosis se asocia con pacientes que tienen pieles secas, irritables o sensibles”.
El Instituto Médico Ricart de España señala en su sitio web que un tercio de los niños en edad escolar padecen queratosis pilaris y el 85 % de los casos comienzan en las dos primeras décadas de vida. Además, le atribuyen su aparición al componente genético y hereditario. Como se considera una variante de la piel normal, la queratosis pilar no tiene cura, tampoco es contagiosa y puede mitigarse con una constante hidratación, evitar cambios bruscos de temperatura y no automedicarse.
Pequeñas molestias
Tal y como lo recuerda la especialista, esta es una es una condición que suele ser asintomática. “Dependiendo del color de piel del paciente puede presentar enrojecimiento asociado. Esta no duele ni rasca, pero es visible. Las consultas se dan porque al paciente le molesta debido a que estéticamente puede generar incomodidad”.
Este trastorno se da por la sobreproducción de queratina, proteína que protege la piel de sustancias nocivas e infecciones, que obstruye los folículos pilosos y genera las erupciones irregulares y ásperas.
Aunque no existe una fórmula para eliminarla, la recomendación más importante para quienes padecen este tipo de casos es la educación, debido a que es una enfermedad que puede permanecer durante toda la vida.
Al respecto, Palacios indica que es común que las personas se sientan frustradas, pero es importante que aprendan a conocer su condición. “La gente quiere que uno le diga que hay tratamientos maravillosos, pero no existen. En internet se dicen mil cosas, pero en la práctica clínica se comprueba que nada de eso funciona. Algunas recomendaciones son: tomar baños cortos y no usar jabones tipo detergente en la piel porque va a hacer que esa prominencia cutánea sea más llamativa. Se pueden utilizar algunas cremas con ácido glicólico para mejorarla, pero, en general, los humectantes son los indicados principalmente”.
Si se manifiesta de una forma marcada en sitios visibles, compromete diversas partes del cuerpo o se presentan otros síntomas asociados, lo mejor es acudir donde un especialista para descartar otras enfermedades.
Máximo cuidado
Al tratarse de pieles sensibles y delicadas, se debe evitar algunos factores que pueden empeorar la condición. Con la ayuda de la dermatóloga Claudia Palacios Isaza, destacamos los siguientes cuidados:
Evitar los cambios extremos de temperatura. Esta condición suele empeorar con los climas fríos.
No recurrir a alternativas como terapias con láser o algunas más agresivas, pues es una condición de la piel que sirve por unos días, pero luego vuelve a aparecer.
Los tratamientos caseros para exfoliar la piel no son recomendados, debido a que pueden ocasionar alteraciones de la barrera cutánea.
Lo mejor es no usar prendas ajustadas debido a que la fricción puede acentuar los síntomas.
No confundir con el acné. Aunque algunas cremas comparten componentes útiles para su tratamiento, no tienen el mismo origen y por eso su enfoque no debe ser igual.
30
años es la edad en la que la afección puede desaparecer, si se cuida, indica la clínica mayo.