Aunque la costumbre de masticar hielo está considerada por algunos como inofensiva, podría acarrear consecuencias graves como la pérdida de una pieza dental. Cuida tu sonrisa.
Hay personas que cuando terminan de beber el contenido de un vaso, sienten la necesidad de masticar los trozos de hielo, sin importar la sensibilidad o el riesgo que representa para la sonrisa, debido a que si se realiza con frecuencia, esta práctica puede debilitar, astillar o fracturar los dientes; dañar el esmalte dental, que los deja expuestos a caries y bacterias; y provocar hipersensibilidad.
El término médico para describir la obsesión compulsiva de consumir bebidas heladas o masticar hielo se denomina pagofagia, y de acuerdo con información de la Clínica Mayo, a menudo se relaciona con una deficiencia de hierro, aunque la evidencia científica no es concluyente al respecto.
El hábito incontrolado de masticar hielo también podría asociarse con dificultades emocionales como consecuencia del estrés o el trastorno obsesivo-compulsivo.
Comerse las uñas y morder tapas o lapiceros son otros hábitos negativos ligados a esos problemas emocionales. Cuando suceden de forma reiterativa, los especialistas sugieren diferentes intervenciones.
La odontóloga Adriana González señala que hay otras opciones para abordar dichos hábitos, por ejemplo, cuando se sienta el impulso incontrolado de masticar algo “alimentos relativamente duros y más sanos, como la zanahoria son una alternativa frente a otros que contienen azúcares”.
Por su parte, el odontólogo y rehabilitador oral Jorge Alejandro Soto, recomienda otras alternativas como “chicles sin azúcar o gotas florales para reducir la ansiedad”.
Una solución de raíz
El odontólogo y rehabilitador oral Jorge Alejandro Soto explica que estos hábitos pueden generar varios riesgos: “El hielo es un componente rígido que puede fracturar los dientes si hay pacientes con obturaciones con amalgamas o incluso con piezas más delicadas como las coronas. Sumado a esto, los dientes se desgastan por los años, por el bruxismo o por masticar cualquier alimento duro”.
Siempre es recomendable llegar a la causa que genera esa necesidad, pues los tratamientos con placas relajantes o medicamentos terminan siendo una solución temporal.
Por su parte, la odontóloga Adriana González, indica que la digestión comienza en la boca y la trituración de los alimentos hace parte fundamental de este proceso. Por lo tanto, aquellas prácticas poco saludables, que en consecuencia pueden afectar los dientes y en general la cavidad bucal, también influyen en funciones esenciales del organismo. Por lo anterior, es necesario generar conciencia sobre la importancia de cuidarlos al máximo.
Así también se combaten los malos hábitos
Cuando el esmalte dental está completamente sano permite masticar y triturar los alimentos de manera óptima. La Asociación Dental Americana destaca algunas recomendaciones para el cuidado oral:
- Validar con el odontólogo o especialista en salud oral la necesidad de utilizar una placa de bruxismo.
- Los dientes no se deben usar como “tijeras” ni “destapadores”, en ninguna circunstancia.
- La indicación es consumir bebidas frías sin hielo o evitar masticarlo.
“Hay personas que se acostumbran a morder objetos, incluso a abrir botellas con los dientes y por lo general terminan afectando la integridad bucodental. Cualquier daño físico también afecta a nivel anímico, psicológico y emocional”, indica Jorge Alejandro Soto, odontólogo y rehabilitador oral.