Mantener buenos hábitos alimenticios puede ser un paso clave para evitar enfermedades oculares propias del envejecimiento.
El mundo está diseñado alrededor del uso constante de nuestra visión, la mayoría de labores que llevamos a cabo en el día a día dependen en gran medida del buen funcionamiento de nuestros ojos. Sin embargo, el número de personas con ceguera o algún tipo de enfermedad ocular supera a los 2.200 millones en el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud.
Por consiguiente, cobra especial importancia adoptar prácticas en pro del cuidado de los ojos. El consumo de alimentos saludables suele pasar desapercibido cuando se buscan herramientas para prevenir enfermedades en el sistema ocular. Existen ciertas vitaminas que se destacan por sus efectos positivos en la visión:
Vitamina C
Vitamina D
Vitamina A
Vitamina E
Es la más recomendada para prevenir afecciones en la retina y cristalino del ojo. Es encontrada comúnmente en la naranja y otros frutos cítricos, así como en el tomate, las fresas o el melón.
La diferencian sus beneficios para la retina del ojo, dotándola de fortaleza y evitando inflamaciones. Es común encontrarla en la carne de pescados como el salmón, la sardina o el bacalao, además de otras proteínas como el hígado, las yemas de huevo o la leche.
Históricamente ha sido asociada a la prevención de enfermedades como las cataratas o la Degeneración Macular Asociada a la Edad (Demre). Puede encontrarse en productos derivados de la leche, frutas y verduras de color naranja como la zanahoria y otros vegetales como el brócoli o la espinaca.
Tal como la anterior, la vitamina E es un antioxidante conocido por prevenir enfermedades degenerativas en la visión como las cataratas. Las almendras, el maní y las avellanas son buenas fuentes de este compuesto.
Si bien es importante cuidar de nuestra salud ocular a través de una buena alimentación, también es necesario desarrollar otros hábitos que nos permitirán evitar, prevenir y detectar enfermedades de forma eficaz:
- Usar protección durante actividades de riesgo
- Usar gafas de protección UV al aire libre
- Evitar el uso prolongado de pantallas
- Consultar a un médico de forma periódica