Practicar un deporte es, sin duda, una de las mejores decisiones que podemos tomar para mejorar nuestra salud física, aprender disciplina y acostumbrarnos a marcarnos metas personales. Pero ¿sabías que los deportes de equipo también traen muchos beneficios para la salud mental incluso para quien las disfruta como espectador?
El origen del deporte comienza con los primeros humanos y su necesidad de mantenerse a salvo, buscar alimento, refugio o cazar. Con el paso del tiempo, estas actividades cotidianas empezaron a configurarse como disciplinas organizadas y reguladas por normas. Ya no se trataba de supervivencia sino de mantenerse en forma, divertirse, entretenerse y compartir en grupo, lo que, en definitiva, acaba influyendo en nuestro estado de ánimo. De hecho, diversos estudios han demostrado que existe una relación especial entre los deportes de equipo y la salud mental. ¿Quieres saber por qué? Sigue leyendo.
Los expertos aseguran que la práctica de deportes de equipo ayuda a que el cuerpo segregue endorfina, considerada la hormona de la felicidad, que alivia el dolor, reduce el estrés y produce una grata sensación de bienestar. Los deportólogos también coinciden al afirmar que aquellos deportes que resultan más beneficiosos para la salud son los que se realizan en equipo. Así lo demuestran diversos estudios como el realizado por el Lancet Psychiatry, que contó con la colaboración de 1,2 millones de norteamericanos y dejó ver que aquellas personas que jugaron a baloncesto, fútbol o voleibol lograron disminuir sus días de mal humor en un 22,3 %.
Aunque el fútbol suele considerarse como el deporte en equipo por excelencia, existen otras muchas disciplinas: voleibol, baloncesto, waterpolo, hockey… cuya práctica produce igualmente beneficios positivos en el estado de ánimo. Por una parte, para los jugadores, tanto a nivel profesional como a nivel aficionado, un deporte de equipo demanda una gran concentración durante el partido y establecer una relación de cooperación y confianza entre ellos. Por otra parte, mientras mantienen la mente centrada en el juego y alejada de la cotidianidad, cualquier problema que pueda aquejarlos desaparece y olvidan el estrés. Hacer parte de un equipo coordinado y enfocado en un mismo objetivo genera fuertes lazos y permite lograr uno de los propósitos quizá más fuertes de la raza humana: la socialización. Pertenecer a un grupo y hacer parte de él nos produce sensación de tranquilidad, seguridad y salud mental.
Ahora bien, para quienes no forman parte del juego, pero sí lo disfrutan como espectadores, también hay extraordinarios beneficios en su salud metal. La emoción, los nervios y la alegría que se vive junto a familiares, amigos e, incluso, desconocidos es algo verdaderamente emotivo que permite crear lazos instantáneos. Los gestos, los gritos y los abrazos son capaces de liberar distintas sustancias en nuestro sistema nervioso y, al tiempo, equilibrar nuestras actitudes mejorando nuestro estado de ánimo, haciéndonos más positivos y procurando sensaciones de bienestar.
Ahora que ya conoces los beneficios de ir a ver un deporte de equipo, ¿te animarías a practicar alguno de una manera más activa?