Una pérdida, el estrés o cualquier emoción generan sensaciones que terminan por descompensar. Enseñar desde la niñez y la juventud el manejo de emociones es clave para contrarrestar esto.
Asesoras: Rosa Guevara – Psicóloga, adscrita a Coomeva Medicina Prepagada y Juliana Torres – Neuropsicóloga.
El equilibrio emocional, según la neuropsicóloga Juliana Torres es la capacidad de “sostenerse en una postura tranquila frente a una determinada situación. Es la facultad de manejar las emociones y de tener conciencia de ellas”. Esto sin querer decir que una persona no pueda experimentar una montaña de emociones a lo largo de su vida. La clave está en modularlas adecuadamente para evitar caer en dramas o momentos de tensión que no le permitan ver más allá por la falta de conciencia de sí mismo y de la realidad.
Por esto es importante aclarar que un individuo en equilibrio no es aquel que no padece de angustia, temor ni sufre de depresión, sino el que tiene la fuerza de conservar la armonía entre lo que tanto desea y lo que vive. De esta manera la pérdida de un ser querido o la intranquilidad que produce no alcanzar lo que se espera en la escuela o el trabajo, entre otros hechos, pueden convertirse en una oportunidad para aprender a manejar estas y otras situaciones. En palabras es sencillo expresarlo, pero es preciso vivenciarlo, He aquí 5 claves para el equilibrio emocional.
- Aceptación. Es estar en armonía con lo que cada uno tiene, tanto en las relaciones familiares, sociales, como en lo económico y físico. Esto implica que no se es perfecto y nadie tiene siempre lo que quiere. La neuropsicóloga sugiere hacer ejercicios de confrontación, de reconocimiento personal, pues “las distorsiones más que físicas son emocionales y, en ocasiones, se le deja al otro el control de las propias emociones. Es fundamental mi reconocimiento como persona, como un ser con capacidades e incapacidades”.
- Reconocer qué ocurre en el cuerpo cuando hay una emoción. Dolor, cansancio, llanto, euforia, muchas son las sensaciones que se experimentan cuando hay una emoción. En el caso de aquellas que no son tan buenas, se sugiere pensar en positivo sobre esa emoción, evitando expresarlo con una negación. “Las palabras tienen poder sobre las emociones y el cuerpo”, indica la experta.
- Percepción de la imagen corporal. Está regulada por la necesidad de encontrarnos en los otros. “Existen percepciones de imágenes corporales personales como personas y por esa necesidad de integrarnos y de pertenecer es mayor la necesidad de verse en la mirada ajena que en la propia. Ha sido un mensaje repetitivo: no importa cómo crees que te vean sino cómo te sientas. Pero el inconsciente, en la necesidad de aceptación del medio busca siempre una aprobación y/o rechazo del entorno”, dice la psicóloga Rosa Guevara.
- Definir la propia imagen. Señala Guevara que la información que recibimos de nosotros mismos “se imprime en el recién nacido: padres y cercanos nos describen en belleza, color de piel, formas, etc. En estos momentos de interacción y con la información que contamos de nuestra memoria celular vamos construyendo la percepción de nuestra imagen”. De esta manera para lograr una adecuada percepción de cada uno siempre será necesario el autoconocimiento, así como una interpretación de lo que recibimos en conjunto con lo que sabemos que tenemos y podemos mostrar.
- Establecer límites. En esta época donde las redes sociales dominan es necesario poner un límite a su uso, ya que a veces no influyen positivamente. Para Guevara, la necesidad de identificarse, de ser aceptado o de pertenecer al mundo virtual a través del conocido “like” (Me gusta) no debe erradicarse: “Debe hacer parte del reconocimiento de aceptar al otro libre y autónomo. Los jóvenes buscan en la aprobación o percepción de otros crear su propia imagen y luego la asumen”. Ir excesivamente al gimnasio para que otros “me vean bien”, dejar de comer para lograr medidas perfectas o comprar lo de moda para que “me acepten” son otras situaciones a las que debe ponerse freno.
¿Por qué hay desequilibrio emocional? Algunas razones que generan inestabilidad. Detectar a tiempo es clave.
- Mal concepto personal.
- Baja autoestima.
- Falta de autocontrol.
- Alteración biológica.
- Ideas irracionales.