Una reciente investigación del Instituto de La Familia de la Universidad de La Sabana evidencia cómo han cambiado las pautas de crianza de los papás en las últimas tres generaciones.
“La función histórica del padre ha estado vinculada a la disciplina cuyo ejercicio, a veces violento, ha generado por generaciones la separación del niño del universo materno. Con el tiempo, esto ha cambiado y la forma de ejercer el control y la disciplina hoy se complementa con la demostración de afecto”, señaló Andrés Cano, profesor del Instituto de La Familia de la Universidad de La Sabana y director del estudio.
Según el informe, la autoridad de la figura paterna en Colombia se ha encasillado en tres formas de poder a lo largo de tres generaciones específicas.
Los ‘baby boomers’, nacidos entre 1920 y 1949, que ahora podrían ser bisabuelos, eran los únicos proveedores del hogar y aplicaron la frase “la letra con sangre entra” con una educación basada, en parte, en la violencia como mecanismo de autoridad.
Los de la Generación X, nacidos entre 1950 y 1979, aunque venían con la herencia de sus padres, se enfrentaron a la revolución femenina y las leyes que comenzaron a proteger a los niños por lo que fueron cambiando su forma de ejercer la autoridad.
Finalmente, los de la Generación Y o Millennials, que serían los padres actuales, “reemplazaron la fuerza por el diálogo, los golpes por el afecto y, poco a poco, ‘desnaturalizaron’ el castigo”. Son padres mucho más comprometidos con la crianza de los hijos, y más involucrados en las tareas del hogar.