Problemas en las relaciones interpersonales y síntomas de abstinencia son dos aspectos que encienden las alarmas. Los trastornos de consumo de alcohol no discriminan género, edad, condición social o económica.
La colombiana es una sociedad permisiva frente al consumo de alcohol en casi todo tipo de escenarios sociales, de hecho, las fiestas se organizan alrededor del “trago”. Esto incita a que se pierda el control individual en cuanto a la frecuencia y la cantidad consumida, especialmente en los jóvenes, quienes están construyendo sus propias dinámicas sociales.
Muchos de los jóvenes que consumen alcohol no tienen todavía claro el impacto que causa en su organismo, esto los lleva a tener actitudes que pueden afectar su vida y la de otros para siempre, como en los casos de agresiones o accidentes de tránsito.
Pero no todas las personas tienen la conciencia para identificar cuándo beber en exceso cruza la línea y se convierte en alcoholismo. La Organización Mundial de la Salud, OMS, denomina al alcoholismo: «dependencia del alcohol», y quienes la padecen deben buscar tratamiento. Las personas que ocasionalmente abusan de la bebida y pueden sufrir problemas de salud mental y física –un patrón que la OMS describe como «uso perjudicial»– deberían reducir el consumo antes de que los lleve a la dependencia.
El abuso del alcohol no solo afecta el cerebro y causa más de 200 enfermedades, también puede dañar la carrera, las finanzas, la estabilidad emocional y tener un impacto adverso en la vida familiar y social, así lo afirma un comunicado emitido por el Colegio Médico de Georgia de la Universidad Georgia Regents, que, Además, detalló cinco señales principales de dependencia o abuso del alcohol:
1-Alta tolerancia al alcohol, lo que significa que la persona bebe cantidades cada vez mayores. La persona puede beber más que sus compañeros de consumo sin mostrar señales evidentes de intoxicación.
2-Presenta síntomas de abstinencia cuando no consume licor. Estos síntomas incluyen ansiedad, temblor, nerviosismo, sudoración, náuseas y vómito, insomnio, irritabilidad, depresión, fatiga, dolores de cabeza e inapetencia.
3- Aislamiento. Cada vez pasa menos tiempo realizando actividades que solían ser importantes debido a que su consumo de alcohol ocupa más de su tiempo, energía y concentración.
4- Deterioro en las relaciones interpersonales. Las personas adictas al alcohol pueden seguir bebiendo a pesar de las consecuencias negativas. Algunas de las posibles consecuencias son problemas en el trabajo, fracasos afectivos o padecimientos de salud.
5-No puede dejar el alcohol o reducir su consumo aún cuando desea hacerlo.
Si usted o alguien que conoce tiene estas señales de adicción al alcohol, existe ayuda disponible. Hable con su médico y busque asesoría profesional. Con el tratamiento y la atención adecuada, es posible una recuperación por el resto de la vida.