Esta forma de contacto trae a la vida emociones positivas que favorecen el desarrollo personal, social y laboral.
Asesores Lucila Amparo Céspedes Gallego – Psicóloga clínica
Juan D. Tobón Lotero – Psicólogo clínico
Hace unos años, un fotógrafo emprendió un recorrido por India. Deambulando por las calles notó a un sujeto apoyado en una fila de motos, iluminado por las luces de una tienda. Cara seria, barba y gorro. Alzó su cámara, pero dudó en obturar al ver su expresión severa y “su mirada de piedra”.
Decidió tomar otros aspectos del lugar, hasta que escuchó una voz, “¡toma mi foto también!”. Se giró hacia él y entonces le pidió que sonriera. Su rostro se transformó. “Irradiaba calidez, sus ojos brillaron con un humor que no tenía antes. Incluso su postura se suavizó. Entonces, supe cuál sería mi próximo proyecto”.
El nombre del fotógrafo, Jay Weinstein, y su proyecto Así que les pedí que sonrieran (@soiaskedthemtosmile en Instagram), que le ha servido para documentar el efecto de la sonrisa en la cara de un extraño. Este simple acto —dice Weinstein después de viajar por varios países retratando a hombres y mujeres—, aunque sea forzado, transforma todo el rostro, cambia la forma en que se ve una persona y es algo “universal, que supera religión, etnia, clase, género e idioma”.
Basta entonces con mirarnos en el espejo para notar el efecto en nosotros mismos. Y, más allá de la transformación física y de conocer por estudios médicos que al reír se liberan endorfinas y otras sustancias que hacen bien al organismo, Lucila Amparo Céspedes Gallego y Juan Diego Tobón Lotero, psicólogos clínicos, explican algunos beneficios para la mente.
1. Da Autoconocimiento
Esta es una oportunidad para ir al interior. Cuando la persona
se conoce bien, expresa la psicóloga clínica Lucila Amparo Céspedes, sabrá qué le produce bienestar, qué lo hace sentir bien, qué lo hace feliz y, en consecuencia, qué lo hace sonreír.
Una lectura, un tipo de película, bailar, salir con amigos, una comida, el ejercicio. “Es parte del bienestar y de cómo me cuido, qué hago por mi salud mental”, indica la especialista.
2. Encuentra respuestas positivas
Una sonrisa, una buena carcajada, genera emociones tranquilizantes y agradables en nosotros mismos y en los demás. Una sonrisa auténtica transmite el mensaje de que se es una persona en quien confiar, que es más accesible a los demás. Y quien demuestra una mejor disposición hacia los otros, obtendrá resultados más positivos porque es una acción que transmite cordialidad.
3. Recupera la espontaneidad infantil
Una sonrisa desprevenida, una risa con muchas ganas, nos hace recordar la forma en la que reíamos en la niñez. Una sonrisa natural nos permite expresarnos y ser nosotros mismos. De alguna manera, se trata de recuperar el juego, el brillo; ese aprender a reírse de uno mismo y de ciertas situaciones cotidianas que no tienen por qué cargarse con tanto drama.
4. Conecta con otros
Comenta Tobón Lotero que la sonrisa tiene sentido en la medida en que transmite emociones. Desde el lenguaje no verbal hay una reacción, porque es una herramienta de comunicación muy poderosa. La sonrisa se devuelve, es algo natural que tiene que ver con el contacto humano. “Sonríe y la mitad del mundo sonreirá contigo, frunce el ceño y lo harás solo”, una frase que se explica bien y que comparten desde la Sociedad de Personalidad y Psicología Social.
5. Equilibra el sentido de la vida
Es necesario entender que somos un entramado de emociones, que está bien sonreír, pero también aceptar que existen momentos en los que se está triste. Hay que entender, además, que somos diferentes y que los procesos se asumen desde esa diferencia. Los psicólogos explican que no toda persona que sonríe es feliz y más en un mundo volcado hacia el exterior y a las redes sociales, en el que tantos se esconden tras máscaras.
Ser coherentes
Aunque algunos estudios citados por la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos apuntan a que al sonreír, incluso aunque no se haga genuinamente, el cerebro recibirá la información y la interpretará como un estado positivo que liberará sus beneficios, la psicóloga Lucila Amparo Céspedes Gallego insiste en la importancia de ser coherentes y buscar que la alegría y el optimismo sean fruto de un trabajo interno, que de verdad lleve a una sonrisa sincera ante la vida.
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