La edad jamás será un impedimento para viajar y disfrutar una experiencia turística inolvidable. Es clave dejar atrás los prejuicios y miedos.
ASESORA
ROSA ISABEL CORREA
Psicóloga, adscrita a Coomeva Medicina Prepagada
La tercera edad puede ser una época maravillosa para viajar, relajarse y vivir momentos únicos, sin preocupaciones ni complicaciones. Es importante seguir una serie de recomendaciones, que no le permitan en la travesía correr el riesgo de descuidar algún detalle.
Comience por planificar adecuadamente el viaje. Con suficiente tiempo de antelación, programe el paseo teniendo en cuenta las características particulares del lugar de destino, como el tiempo para llegar allí, medios de transporte disponibles, idioma, clima, facilidad de acceso a servicios médicos, comida típica que pueda desencadenar problemas de salud y coherencia del sitio con los intereses del viajero.
“Llegar a la tercera edad no es sinónimo de tener que quedarse en casa. Es una oportunidad para salir y conocer, sin el afán de la rutina, una forma diferente de valorar la vida”, señala la psicóloga Rosa Isabel Correa Álvarez.
Dentro de esta planificación, es necesario incluir una visita al médico de confianza para evaluar con él la pertinencia de un viaje y el destino elegido. Con este profesional, se aclaran las dudas, se construyen planes a seguir frente a posibles situaciones que alteren el estado de salud y se integra el dispensario de medicamentos necesarios para el viaje.
Para encontrar la opción ideal de paseo, de acuerdo con las necesidades y limitaciones, es vital una buena asesoría y no confiar solamente en reseñas disponibles en internet ni experiencias muy personales de amigos o conocidos. El diagnóstico debe incluir información de diversas fuentes, que permita visualizar un poco cómo será la experiencia.
“Los adultos mayores tienen que ser muy conscientes de lo que pueden hacer y cuáles son las restricciones que les ayudarán a preservar su salud y bienestar. No se trata de limitarse, sino de disfrutar de forma responsable”, indica Álvarez •
La prevención es clave
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Cuide las articulaciones y músculos Si el viaje tiene una extensa duración, ya sea en carro o en avión, es necesario tomarse un descanso de vez en cuando, levantarse y mover las piernas y los brazos. De esta forma se evitarán posibles coágulos o contracturas musculares.
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Tenga en cuenta los tiempos Como dice el refrán: “de las carreras no queda sino el cansancio”. Por eso, calcule con anticipación la llegada al aeropuerto o la terminal de buses, la duración de los trayectos, los horarios de comidas, entre otros.
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Cuide la Alimentación Degustar nuevos sabores es un deleite para cualquier viajero. Sin embargo, las personas de la tercera edad tienen que ser más moderadas, pues normalmente llevan una dieta balanceada y un cambio en esta estructura puede implicar complejos problemas de salud.
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Considere estar al día con las Vacunas requeridas El viajero debe informarse sobre la necesidad de vacunas para ingresar a determinados lugares, ya sea por obligación sanitaria o porque es recomendable acceder a ellas para prevenir enfermedades.
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Lleve por escrito un certificado Los adultos mayores no tienen que viajar con la traducción de su historia clínica, pero pueden llevar consigo un certificado médico escrito en inglés que indique sus enfermedades, alergias, medicamentos y cuidados.
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Utilice las facilidades que proveen Las agencias de viajes El mercado ofrece opciones de turismo para el segmento de la tercera edad. Cruceros, visitas a aguas termales y centros de descanso son algunas de las opciones que más se destacan en los portafolios. Acudir a una agencia de viajes puede facilitar la planificación del recorrido, pues le prestan asesoría especializada para que la experiencia sea satisfactoria.