Un estudio publicado en la revista Royal Society Open Science sugiere que la falta de sueño puede tener un efecto en la apariencia física de las personas.
Investigadores del Instituto Karolinska reclutaron a 25 estudiantes (hombres y mujeres) para participar en un experimento de sueño. Cada uno recibió un kit para comprobar cuánto dormían durante la noche, indicándole que supervisara dos buenas noches de sueño (dormir de 7 a 9 horas) y dos malas noches (dormir no más de 4 horas).
El estudio, además del registro de cada noche, incluyó fotos de los estudiantes. Estas últimas fueron socializadas con otro grupo de personas, quienes puntuaron a cada estudiante con base a su atractivo, salud, somnolencia y confiabilidad. Los individuos privados de sueño fueron clasificados en niveles inferiores en todos los aspectos.
“Los resultados demuestran que la privación aguda del sueño y el aspecto cansado están relacionados con la disminución del atractivo y la salud, según lo perciben los demás”, concluyen los autores.
Este análisis, entonces, se suma a la teoría de que dormir bien tiene gran impacto en la calidad de vida de cada ser humano, desde su peso y estado de ánimo hasta su capacidad para funcionar y realizar sus tareas diarias.
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