Diferentes psicopatologías de la mente infantil tienen su origen en la calidad de la percepción, proceso que se integra desde el primer año de vida.
Es por esto que vivir en entornos poco saludables podría tener repercusiones en la vida adulta, según asegura el doctor José Ignacio Rendón Manjarrez, titular del Servicio de Paidopsiquiatría del Hospital de Pediatría del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en Jalisco, quien sostuvo en un comunicado que aunque un recién nacido esté en su primera infancia todo lo que vive queda en su mente evocadora, o de recuerdo.
«Por lo que si crece en un ambiente de discusión constante, de soledad o de desapego de sus padres esto repercutirá más adelante en su vida», defendió.
Rendón Manjarrez agregó que durante el primer año de vida el niño desarrolla su sensopercepción a partir de los estímulos que recibe, creando una asociación con imágenes mentales que van cargadas de afecto o emotividad. El especialista reiteró que si la calidad de la percepción del niño se ve afectada desde un principio, estará alterada para toda la vida. Señaló que la percepción en la mente del niño comienza a formarse con base en la herencia y la cultura que rodea a cada individuo, de tal forma que desde el vientre materno se va forjando la salud mental de una persona. Agregó que los juicios y preceptos que rigen la conducta de un niño o un adulto son formulados a través de lo que percibe, por lo tanto, si la percepción es saludable y afirmada en afectos positivos, su comportamiento será sano y tendrá una mayor adaptación a su entorno.
Finalmente, aseguró que para un niño es importante el acompañamiento afectivo, principalmente de la figura materna, pues su proceso de maduración es paralelo tanto física como mentalmente.
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