Mantener a los niños ocupados se convirtió en la nueva consigna de los padres, con la idea de canalizar su energía a través de múltiples actividades. Sin embargo, es necesario mantener el equilibrio y no sobrecargar a los más pequeños.
El tiempo libre de los niños, en ocasiones es un dolor de cabeza para los adultos, además, existe la creencia de que si no se mantienen ocupados pueden empezar a tener comportamientos negativos. Juan Carlos Posada psicólogo clínico, afirma que hay estudios que demuestran por ejemplo, que los niños que se mantienen entretenidos son menos agresivos, sin embargo, advierte acerca de los límites.
En la actualidad, los más pequeños se enfrentan además de su jornada académica a diversas clases, de deportes, arte, coros o incluso lecciones que complementan lo aprendido en el colegio. El problema comienza cuando la agenda de los niños no tiene espacio para el descanso o el ocio.
La revista Frontiers in Psychology publicó un estudio sobre las consecuencias negativas que pueden aparecer cuando se exceden las actividades de los niños. La investigación señala además que los menos ocupados mostraron una mejor autorregulación de los pensamientos, las tareas y la habilidad de llevarlas a cabo.
La clave está en enseñarle al niño a aprovechar y disfrutar de su tiempo libre, motivarlo a realizar actividades que lo saquen de la rutina y lo diviertan. También guiarlo para que descanse y se tome su tiempo para volver a las jornadas de estudio o clases extracurriculares después de los recesos.
Los padres deben estar atentos y conocer a sus hijos, además, como lo afirma la psicóloga, María Teresa Gómez, son ellos el «coterapeuta» de sus niños, su presencia y ejemplo son claves a la hora de evitar el estrés o depresiones tempranas que pueden traer consecuencias para toda la vida.
Actividades como ver televisión o jugar videojuegos deben ser supervisadas por un adulto y siempre se debe buscar el equilibrio entre el estudio, las clases extracurriculares y el descanso.