Quizás alguna vez sus seres cercanos le hayan dicho, o usted mismo se haya dado cuenta, de una relación difícil de soltar, que no le conviene. Entiéndalas mejor y aprenda a gestionarlas.
Mucho se habla últimamente de la toxicidad de personas o de ciertos vínculos… Trabajo tóxico, pareja tóxica, amistad tóxica, etc. ¿Pero qué tan acertado es esto? La psicóloga Silvia Congost explica para la web de EFE Salud que esta situación implica un malestar o angustia generada por otros, debido a su manera de ser o de tratar, “eso no significa que una persona sea tóxica en sí misma, pero para mí lo es. Uno tiene la responsabilidad de irse del lado de quien le está haciendo daño, al identificar las señales”, comenta la especialista.
Entonces, ¿cuáles son esas llamadas “red flags” o alertas a las que hay que prestarle atención? En definitiva, las faltas de respeto y tratos despectivos, la indeterminación y poca o nula compasión ante el malestar o la “ley del hielo” por varios días ante un enfado, también son formas de maltrato psicológico.
Por su parte, el portal del Instituto Europeo de Psicología Positiva identifica varios tipos de relaciones tóxicas:
- De llenado: para sentir complemento y suplir carencias personales.
- De codependencia: hay subordinación y pérdida de necesidades individuales.
- Fundada en ideas irracionales: se basa en ideaciones poco realistas.
- Anclada al pasado: se vive recriminación por eventos pasados, con culpa y resentimiento.
- Con comunicación pasivo – agresiva: el foco son las indirectas, la comunicación es hostil.
- Con mentiras constantes: se rompe la confianza, facilita los conflictos y barreras.
- Basada en el miedo: el apego se fortalece a base de temores.
¿Cómo salir de una relación tóxica?
No solo aplica para la pareja, sino también en relaciones de familia, amistad, trabajo, etc., en caso de que sean destructivas y poco saludables. Si bien es difícil por el cariño y afecto que hay de por medio, la recomendación de los expertos es buscar apoyo psicoterapéutico o en su red más cercana.
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