El estrés por el ritmo de vida actual es una condición que va en incremento.
Como explica la psiquiatra del Hospital San Vicente de Paúl, Juliana Velásquez, “en los primeros individuos el principal factor estresante era sobrevivir a los depredadores y al medio natural. Actualmente los factores estresantes se convirtieron en laborales, sociales, culturales y tecnológicos”. Y este último factor está generando lo que se ha denominado estrés digital, aquel que se genera por la demanda a la conexión constante a la información con las implicaciones y exigencias que esto conlleva. (Ver Frene a tiempo el estrés laboral que deteriora su salud)
Cada vez es más común ver personas que no son capaces de desconectarse de este mundo virtual, ni en sus momentos de descanso; que constantemente tienen que estar revisando sus correos incluso en momentos o espacios en los que no debería; y que sienten una gran angustia cuando no pueden acceder a la información. Teniendo en cuenta las implicaciones que conlleva el estrés en un individuo es necesario realizar intervenciones basadas en disminuir los factores generadores.
El estrés negativo aparece cuando esos mecanismos de adaptación que en un principio pueden ser buenos, alertando al cerebro ante una situación determinada, no son suficientes y comienzan a presentarse en nuestro organismo síntomas físicos y mentales.
“Junto al estrés van asociadas problemas de corte físico como dolor de cabeza, síntomas gastrointestinales, dolores musculares, fatiga, alteraciones en el patrón de sueño; y otros a nivel psicológico como síntomas depresivos, síntomas ansiosos, entre otros”.
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