Aunque es involuntario y sucede mientras duerme, el bruxismo puede producir severos desgastes y lesiones en estructuras orales.
Asesor: Alfredo Luis Vargas. Odontólogo, adscrito a Coomeva Medicina Prepagada.
La noche entera, mientras duerme, la persona aprieta los dientes de manera inconsciente. Generalmente no se da cuenta, pero sí quien lo acompaña en las noches. ¿A qué se debe? Alfredo Luis Vargas, odontólogo, especialista en rehabilitación oral de la UNAM, México, explica que la razón del rechinamiento o crujir obedece en gran parte al estado de estrés del individuo por una u otra razón.
“La ansiedad es una sensación que hace parte de la vida misma, que trata de anteponer lo que puede alterarnos y que puede provenir de eventos externos, internos padecidos o conocidos y que nuestra conciencia presume que puede causar daño. Mientras que el bruxismo se entiende como un síndrome que se manifiesta por rechinamiento o apretamiento de los dientes consciente o inconsciente, que puede producir a largo plazo desgaste, fractura o pérdida de las piezas dentales”.
El especialista recalca que el bruxismo se origina a partir de algún tipo de desarmonía en la oclusión o la relación de dientes superiores e inferiores. Se da, incluso, en edades tempranas, desde los tres años. A esa altura puede pronosticarse con una visita al odontopediatra. El profesional guiará el crecimiento maxilar mediante aparatos ortopédicos y en algunos casos ortodoncia. En los casos en que se diagnostica el bruxismo existen dispositivos que limitan el contacto interoclusal y evitan el apretamiento de dientes. Las placas miorrelajantes, por ejemplo, tienen diferentes diseños para que el paciente elija con la que se siente mejor. (Lea también: Evite las resinas con una salud oral adecuada)
En la mañana, la persona puede despertarse con una sensación de malestar general, tensión en la mandíbula, la cabeza o las encías. Son síntomas de que rechina los dientes.
¿Cómo sé si presento bruxismo?
En ocasiones el bruxismo es imperceptible. Hay un desgaste dental que se evidencia en pequeñas zonas planas sobre la superficie de los dientes que pueden ser imperceptibles para una persona no especializada en odontología.
Una evidencia más severa es la fractura del esmalte con exposición de dentina, que ya son fases intermedias del bruxismo. Cuando su estado es más avanzado, hay desgastes de grandes zonas dentales, “con pérdida de la corona clínica y exposición de la pulpa dental”, dice Vargas. En todas las fases, desde la temprana hasta la avanzada, hay alteraciones musculares con presencia de espasmos en el principio, luego contracciones involuntarias y calambres, que ocasionan más adelante problemas de articulación temporomandibular con daño de tejido articular y óseo, concluye el odontólogo.
En cualquier caso la recomendación es acudir a un especialista y reducir el estrés a través de la práctica de ejercicio, la meditación otros métodos de relajación.
En la mañana, la persona puede despertarse con una sensación de malestar general, tensión en la mandíbula, la cabeza o las encías. Son síntomas de que rechina los dientes.
Los tipos de tratamiento:
Hay tratamientos que, incluso se salen de la esfera odontológica, como relajantes musculares, terapias físicas, masajes o calor en los músculos masticatorios.
En cuanto a las placas miorrelajantes, las más usadas son las de superficie plana, que producen un efecto de “desprogramación neuromuscular” efectivo, pero que deben combinarse con un ajuste de oclusión para solucionar el bruxismo.
Más placas: unas se realizan utilizando el concepto de guía anterior, produciendo una simulación de los movimientos realizados por el maxilar inferior en condiciones de normalidad. “Para estas se deben realizar unas rampas para la función de lateralizar y para protusión (movimiento del maxilar inferior hacia adelante), dejando en la parte posterior solo contacto durante la oclusión”, explica Alfredo Vargas.