Hay un tipo de depresión llamado trastorno afectivo estacional, que aparece en la misma época cada año.
Según la OMS los trastornos depresivos afectan aproximadamente al 20 % de la población mundial, y dentro de ellos se encuentran el trastorno depresivo estacional (TAE). ¿Cómo identificarlo? Usualmente las personas presentan cambios en el estado de ánimo, incapacidad para disfrutar, poca energía, dificultad para concentrarse y alteraciones en el sueño, a medida que se acerca el invierno y las horas de luz se reducen. Con la llegada de la primavera y los días más largos lo que experimentan es un alivio de estos síntomas.
Estas alteraciones químicas podrían estar asociadas con la exposición a la luz del día, que incide en la producción de dos hormonas: la melatonina y la serotonina, las cuales, a su vez, inciden en el sueño y la falta de energía para desarrollar actividades rutinarias. Al aumentar las cantidades de melatonina la persona se siente somnolienta y letárgica. Con la serotonina, sucede algo similar, sus niveles bajos están asociados a la depresión.
Por su parte, la Clínica Mayo recomienda prestar debida atención si la tristeza se prolonga durante varios días, si hay afectaciones en los patrones del sueño y el apetito y si no hay motivación para realizar actividades que antes se disfrutan. En este punto se aconseja consultar a un médico, quien se encargará de determinar cuál es el tratamiento indicado, los más recurrentes son: la fototerapia, la psicoterapia y la arteterapia, todas acompañadas de actividades como el yoga y la meditación para conectar el cuerpo con la mente.
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