Podemos cambiar algunos circuitos cerebrales para tener una mejor percepción de nosotros. La repetición de pensamientos positivos es fundamental.
ASESOR
José Gerardo Albán
Especialista en Neurolingüistíca
Según la RAE, la autoestima es la “valoración generalmente positiva de sí mismo”; y, según una definición del Instituto Americano de Formación e Investigación, que reproduce lo que dice Robert Dilts, desarrollador de la PNL, la Programación Neurolingüística, “es un modelo acerca de cómo trabaja nuestra mente, cómo esto afecta el lenguaje y cómo usar este conocimiento para programarnos a nosotros mismos para lograr que nuestra vida y las cosas que hacemos nos resulten fáciles y, al mismo tiempo, eficientes”. Entonces, ¿qué tiene que ver una definición con la otra? Fácil: se puede usar la PNL para mejorar la autoestima.
El doctor José Gerardo Albán, especialista en PNL de la ciudad de Cali, nos da algunas pautas que enseñan cómo se puede trabajar la autoestima.
Debemos dejar de lado los pensamientos negativos y enfocarnos en lo positivo, lo que nos ayudará a elevar nuestra autoestima y así mostrar el verdadero valor que tenemos como personas.
REPETIR UNA Y OTRA VEZ HASTA PROGRAMAR
Si todos los días te repites “estoy gorda, no puedo, no soy capaz, cada día me veo más vieja, más enferma”, etc., se refuerzan, una y otra vez, pensamientos que no ayudan a la autoestima, haciendo que luego te sientas peor y vuelvas a repetir esos pensamientos negativos.
En nuestra mente, las neuronas se van conectando unas con otras y crean circuitos cerebrales. Cuando estos circuitos se repiten, se refuerzan y van concibiendo unas creencias poderosas que gobiernan nuestras vidas: te levantas en la mañana, te bañas, desayunas, te vistes, vas al trabajo, tomas las mismas rutas, trabajas en lo mismo y actúas todos los días, prácticamente, igual.
La PNL nos enseña cómo podemos cambiar esos circuitos cerebrales y construir unas nuevas convicciones. El 95 % de lo que somos y hacemos en la vida, lo hacemos en automático y ese automático, que gobierna nuestras vidas, se llama mente inconsciente, pero esa mente se puede programar de tres maneras: con lo que pensamos, con lo que hacemos y con lo que hablamos.
¿QUÉ HACER?
Escribe todo lo que no te gusta de ti (no puedo, tengo miedo, soy tímida, soy insegura, estoy gorda, me veo fea…), aquello que te haga sentir mal contigo misma.
Luego, quema esa hoja y escribe todo lo que necesitas para cambiar lo anterior (soy hermosa, inteligente, próspera, tengo mi peso ideal, soy sana, me amo, soy feliz). Repite eso, por lo menos, diez veces al día.
Antes de dormir, imagina a esta nueva persona: cómo se ve, cómo habla, cómo se siente. Deja ese como el último pensamiento y, al levantarte, trae ese nuevo ser a tu mente.
A ÉL Y A ELLA POR IGUAL
En general, todos tenemos algún aspecto de nuestro ser que quisiéramos mejorar, pero en las mujeres algunos ciclos de su vida las predisponen a que se afecte más su autoestima como la maternidad, la necesidad del apoyo de un hombre para sacar adelante a sus hijos o la menopausia.
Los hombres también tienen problemas de autoestima, solo que en su caso se refleja como inseguridad y la inseguridad da miedo. La respuesta a ese miedo puede ser huyendo, escondiéndose, callándose, defendiéndose, o atacando a lo que creen que les va a hacer daño, actuando de manera agresiva.
Una forma de superar esos momentos, tanto para hombres como para mujeres, será repetir a diario las afirmaciones positivas, y varias veces al día. Dejar de enfocarse en lo negativo y comenzar a ver lo positivo de lo que estás viviendo, hace que te fortalezcas para tener la oportunidad de un nuevo comienzo.
50% Menos riesgo de morir de forma prematura experimentan las personas positivas según estudio de la Clínica Mayo.
MEJORA TODOS LOS COMPORTAMIENTOS
Según afirma el doctor Gerardo Albán, “si quieres cambiar tus resultados, debes cambiar la raíz de todos los problemas”, y se debe comenzar por reconocer esos pensamientos negativos para cambiarlos por positivos. Además, agrega: “Confucio, 600 años Antes de Cristo, decía que la vida es como un espejo y solo reflejas afuera lo que tienes o te hace falta adentro; si comienzas a programarte diciendo ‘yo creo en mí, confío en mí, me siento seguro de mí’, ¿cómo te va a ver tu espejo?”
Aparte de eso, es bueno revisar qué sentimientos y comportamientos te han transmitido tus padres, y cuáles les estás transmitiendo a tus hijos, pues la autoestima también puede alimentarse en otros. Si quieres que tu hijo tenga una excelente autoestima para que crezca sano y feliz, primero debes pensar en mejorar la tuya, en cambiar esos circuitos cerebrales que te harán ser mejor, para poder tener herramientas suficientes que sirvan para apoyar a otros en la formación o recuperación de la visión que tienen de sí mismos •