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Prepararse para el nido vacío

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Algunos padres se concentran tanto en sus hijos que se olvidan de la propia vida, lo que trae una sensación de pérdida cuando los pequeños crecen y se van.

Asesora Gloria Hurtado Castañeda, psicóloga, adscrita a Coomeva Medicina Prepagada

Los polluelos crecen, toman vuelo, y de igual manera, los hijos se van del hogar. A esto se le denomina como “nido vacío”, un síndrome en el que los padres ven en esta partida una tragedia o el inicio de un resquebrajamiento de su relación de pareja o del hogar.

Quienes enfrentan este fenómeno experimentan una “profunda sensación de pérdida”, precisan los especialistas de la Clínica Mayo, en sus guías de divulgación médica. Esto podría llevarlos a tornarse vulnerables a la depresión, el alcoholismo o la crisis marital. Ver también Pareja unida cuando llegan los hijos

¿Cómo reconstruirse después de que se han ido los hijos? Es una pregunta, entonces, que se hacen los padres contemporáneos quienes se enfrentan a la partida, pues ahora tienen hijos pequeños que parecen venir mejor equipados. Ve también Sin hijos: decisión con plena convicción

La psicóloga Gloria Hurtado dice: “Este es un concepto muy biológico que viene de los animales, y sí, somos biológicamente como los animales, pero somos superiores en lenguaje, en historia, en deseo, en conciencia. Las parejas que enfrentan esto es porque tuvieron la sensación de que se vivía solo para la reproducción, porque se nos enseñó que la familia estaba constituida solo para tener y criar hijos, es más, que la familia solo era verdadera cuando venían los hijos. Este es un concepto antiguo”.

Prepararse para el momento

La experta considera que el mal del “nido vacío” tiene relevancia para los padres que trabajaron y vivieron para sacar adelante a los hijos y no tuvieron un proyecto de vida paralelo, una vida profesional que les produjera placer y valía propia, o algún proyecto alterno que les permitiera luchar por algo propio.

“Desde hace unos diez años vemos que para las parejas lo central en la vida no son los hijos, entonces cuando los tienen los aman pero no dejan de tener una vida propia, una vida independiente, pues son personas que quieren desarrollar un proyecto de vida laboral”, dice Hurtado. Agrega que estos cambios empezaron cuando la mujer entendió que su rol exclusivo no era el de ser ama de casa.

Entonces, ¿cómo enfrentarlo? Hurtado dice que esto es igual que la jubilación: “Cuando uno está cerca de pensionarse se prepara para no quedarse desocupado; algunos deciden montar un negocio, comprar una finca, dedicarse a escribir o a la jardinería. Lo mismo: sabemos que los hijos van a crecer y se van a ir y para ese momento hay que tener planes para seguir disfrutando la vida en pareja, para que la relación no se acabe”.

Prepararse para el “nido vacío” también lleva una responsabilidad de parte de los padres: cambiar la mirada sobre los hijos. Ellos no son una propiedad ni la réplica de los sueños inconclusos, ni mucho menos el remplazo de la pareja, pues suele suceder que cuando la relación no va muy bien con el cónyuge, el hijo toma el papel, hace de responsable, de acompañar, esto no facilita las cosas.

En resumen, dice Hurtado, es necesario no concentrar el proyecto de vida sobre los hijos, porque ese plan a futuro caduca, no depende de los padres: “Hay que prepararse para la partida, y lo hacemos trabajando en y por nosotros”.

Algunos padres, cuando sus hijos se marchan, experimentan sentimientos de tristeza, vacío, soledad y melancolía.

Estrategias para enfrentarlo

Tomar acción es la mejor opción para contrarrestar los sentimientos de pérdida por este fenómeno del “nido vacío”.

  1. Acepte el momento: evite comparar la decisión de su hijo con sus vivencias o sus expectativas. Enfóquese en lo que puede hacer para ayudarle a que sea una experiencia positiva.
  2. Manténgase en contacto: aunque viva separado, puede hacer el esfuerzo de mantener el contacto regular a través de llamadas, correos o videochats.
  3. Busque soporte: si está teniendo dificultades para vivir este momento, entonces busque en su red de soporte para compartir sentimientos, por ejemplo, amigos, vecinos, familiares no tan cercanos. Consulte al médico si se siente deprimido.
  4. Manténgase positivo: para adaptarse a este gran cambio, puede enfocarse en pensar en la cantidad de tiempo extra que le quedará para reconectarse con viejos intereses.

Dedicar tiempo a eso que tanto le gustaba hacer y se dejó de lado por el cuidado de la familia es una manera de afrontar la partida de los hijos.

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