Aunque son afecciones diferentes, los cuadros depresivos y ansiosos pueden presentarse juntos.

Clínicamente se trata de dos trastornos mentales con síntomas, características y tratamientos diferentes. Sin embargo es común que lleguen a cruzarse en un diagnóstico, pudiendo presentarse ansiedad como síntoma de una depresión o, por el contrario, la depresión como resultado de una ansiedad que no es tratada a tiempo, explica la Clínica de Mayo.

Si bien, hasta un punto la ansiedad es una condición normal que gran mayoría de la población llega a sufrir en algún momento de su vida, como una respuesta lógica ante determinados acontecimientos, cuando esta se hace crónica, manteniéndose en el tiempo y sus síntomas se intensifican afectando la vida diaria, empezamos a hablar de un trastorno que está afectando la salud mental del individuo.

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Existen diferentes tipos de ansiedad, desde aquellas relacionadas con una fobia como la social, hasta las asociadas a las crisis de pánico, al estrés postraumático, a una separación, o, bien, la llamada ansiedad generalizada. La forma en que cualquiera de estas modalidades afecta la vida de la persona puede terminar llevando a una depresión, aunque también ambas patologías pueden presentarse simultáneamente en un cuadro mixto ansioso-depresivo.

Cuando se presentan ambos trastornos es importante determinar cuál es el trastorno primario y cuál el secundario. La asesoría psicológica en cualquiera de los casos, los cambios en los estilos de vida, y la búsqueda de ayuda especializada mejorarán estas condiciones y evitarán que trasciendan en su magnitud.