La meditación podría ayudar a reducir algunos factores de riesgo para la enfermedad cardiaca.
Así lo indica la Asociación Americana del Corazón, que aseguró que este hábito sumado a un estilo de vida saludable y al uso de medicamentos para controlar la hipertensión, el colesterol alto y otras amenazas para el corazón, son el modo más efectivo de prevenir posteriores enfermedades.
Para llegar a esta conclusión, la Asociación revisó estudios sobre los tipos habituales de meditación sedente, como la meditación Zen, el Raja yoga y la trascendental, y sus efectos sobre los factores de riesgo de patologías cardíacas, determinando que estos podrían asociarse con un descenso del estrés, la ansiedad y la depresión.
La meditación, en general, siempre se ha asociado con una mejora de la calidad del sueño y del bienestar general. Sin embargo, el estudio publicado en la revista Journal of the American Heart Association, enfatizó en que sus beneficios no están claramente establecidos, de modo que es importante que las personas no usen la meditación como sustituto de la atención médica tradicional.
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