Esta condición se caracteriza por dificultar el aprendizaje del lenguaje en los niños. Detectarla a tiempo es clave para permitir el correcto desarrollo del menor.
El pasado domingo 8 de noviembre tuvo lugar el Día Mundial de la Dislexia, un trastorno de aprendizaje que se presenta por lo general en niños de 0 a 5 años y que ocasiona dificultades en el reconocimiento preciso y fluido de las palabras, problemas de ortografía y la relación de sonidos con letras y palabras.
Diagnosticar a tiempo esta condición puede ayudar a intervenir esta condición de forma adecuada para promover un buen desarrollo académico y personal de los niños. Se estima que entre el 30 y 50 porciento de los casos tiene un componente genético o hereditario.
Beatriz Gavilán, neuropsicóloga y profesora colaboradora de los estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), en entrevista con EFE Salud, enfatizó en los problemas de autoestima que puede desencadenar este trastorno en los niños, quienes ven cómo sus compañeros aprenden más fácil y rápido. Por eso, la recomendación es “evitar a toda costa pensar que ese niño no hace las cosas porque no quiere. No hay que sumar problemas al problema base porque eso al final impacta emocionalmente al menor”.
Hoy, las ayudas tecnológicas como correctores ortográficos, lectores de texto y herramientas de dictado automático, son un gran apoyo para resolver problemas de la condición. Sin embargo, donde más trabajo falta es en la concientización de las personas (padres, familiares y profesores) frente a la dislexia.
“Los niños con dislexia no tienen un cociente intelectual más bajo que la media”, sostiene Gavilán, sólo se afectan zonas del cerebro que procesan el lenguaje. Pero con las intervención adecuadas y a tiempo, podrán seguir cursando sus estudios.
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