Esta ausencia de energía, cuando se vuelve crónica, incluye algunas particularidades en términos de señales y formas de manejo. Aprenda a identificarlas.
Asesor: Andrés Felipe Posada
Médico internista
Ambas, cansancio y fatiga, se definen como la incapacidad de iniciar una actividad y mantenerla. En palabras del médico internista Andrés Felipe Posada López, la diferencia radica en que “el cansancio mejora con el sueño o el reposo, lo que no pasa con la fatiga, que puede ser más severa y de más larga duración”. Esta última, de hecho, se manifiesta con una clara ausencia de energía, cansancio excesivo en todo el cuerpo, sus causas suelen ser imprecisas y puede provocar un efecto negativo en la calidad de vida de la persona, así como en sus capacidades para funcionar normalmente.
3 son los tipos de fatiga : La aguda, que dura menos de un mes. Subaguda: entre uno y seis meses. Y la crónica, superior a seis meses.
Reconozca la fatiga
El especialista la define como “una alteración que afecta muchos sistemas del cuerpo y dificulta la función de actividades diarias como el trabajo, el estudio, las relaciones sociales e interpersonales. No mejora con el reposo, ni con el sueño, empeora con la actividad física y puede provocar alteraciones de la memoria, incluso, gastrointestinales”.
30 % de la población mundial, en promedio, consulta por fatiga en algún momento de su vida. Se calcula que es más frecuente en la menopausia y la posmenopausia.
Algunas causas
Una fatiga aguda puede ser producto de una infección, lo que se conoce como síndrome de fatiga postviral. Por su parte, cuando se trata de eventos de más larga duración existen trastornos físicos o mentales que pueden desencadenar la subaguda o la grave.
9 a 1 es la relación entre hombres y mujeres que desarrollan el síndrome de fatiga crónica. Esto, la mayoría de las veces, por el influjo hormonal femenino, indica el especialista.
El cuerpo la siente
Padecer fatiga o fatiga crónica puede tener desenlaces serios, pues los problemas para dormir hacen que el cuerpo no descanse y haya alteraciones en el reloj biológico desencadenando problemas metabólicos. Entre las consecuencias que pueden desarrollar este tipo de personas se cuentan obesidad, diabetes, depresión, ansiedad, así como mayor riesgo de padecer algún tipo de enfermedad cardiovascular.
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