El universo es información y la memoria humana la procesa mediante su almacenamiento, codificación o recuperación.
Asesor Luis Guillermo Mejía Jaramillo
Médico general
Los aprendizajes, las habilidades y los recuerdos son las repeticiones de una información que almacenamos en nuestra memoria. Pero no es que ella se entienda como un archivo encapsulado en el cerebro que abrimos y cerramos cada que requerimos, sino que funciona bajo estímulos eléctricos y químicos que nos ayudan a recrear los recuerdos y sobre la que la ciencia ha dicho que actúan centros cerebrales. Entonces, lo que el cerebro realmente guarda cuando recuerda son las frecuencias, las amplitudes y las secuencias de estos circuitos; es decir, que los recuerdos no son un casillero, sino lo que se activa cuando se codifica esta información.
El proceso de la memoria es tan complejo que el pasado que revivimos ni siquiera es idéntico a lo experimentado; cambia y está influenciado por emociones que tenemos al momento de recordar. Lo que para una persona puede ser una evocación feliz, para otra podría significar el peor recuerdo. Esa inexacta, pero conveniente reconstrucción de la información, fijada en la memoria de manera permanente, la describió Gabriel García Márquez, premio Nobel de Literatura: “La vida no es la que uno vivió, sino la que recuerda y cómo la recuerda para contarla”. Y como el universo es información, cuando la memoria humana falla, de alguna manera se modifica nuestra forma de ser •
El corazón del cerebro
El hipocampo es un órgano fundamental en el proceso de recordar al permitir mediar en la generación y recuperación de la memoria, como un interruptor, por lo que se le llama el corazón del cerebro. Comienza a degenerarse ante la pérdida de la memoria o una situación de demencia.
2 capas de neuronas se activan en el hipocampo cuando se fija la memoria, evidenció un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España.
En menor y mayor medida
Así como no recordamos sin recrear los sucesos, el registro de información que se guarda no se hace con procesos idénticos, sino que la mayor o menor intensidad, tanto como su permanencia, dependen de factores como los estímulos, las emociones y las experiencias. No almacenamos la información de todo lo vivido ni retenemos todo lo que guardamos.
3 tipos de memoria se referencian en diferentes estudios: sensorial, corta y de largo plazo.
Asimilar los recuerdos
- El sueño es esencial para dejar reposar nuestro cuerpo, pero también influye de manera directa en el proceso de almacenar la información que constituye la memoria.
- No dormir o hacerlo mal, afecta la capacidad de formar nuevos recuerdos. Por esta razón, en la actualidad se estudia qué tanto influyen las fases del sueño en la fijación de lo que recordamos.
6 horas diarias de sueño, al menos, recomienda la Organización Mundial de la Salud para cuidar la salud física y mental.