En el Día de la Madre celebramos el rol más importante de todos recordándote que la salud de tu familia empieza por tu felicidad.
Cuando te conviertes en madre, tu vida no vuelve a ser la misma. La maternidad trae consigo un periodo de cambios drásticos en diferentes esferas de la vida que pueden desencadenar contrastes emocionales. Aun con profundos sentimientos de amor, esta etapa puede estar acompañada de episodios de ansiedad y depresión que debes escuchar para aliviar. Después de todo, del bienestar de la madre nace también, como un fruto, la felicidad de los hijos.
No es un trabajo fácil. Diversos factores pueden impactar la salud mental durante esta etapa: la falta de sueño, la idealización de la maternidad, los cambios hormonales, problemas sociales o económicos, conflictos de pareja o, en general, la transformación personal y cerebral que implica ser madre.
A esto se suma la sobrecarga de responsabilidades que suelen pesar exclusivamente sobre la madre, en la mayoría de los casos. Según la ONU Mujeres, las mujeres dedican en tareas de cuidado no remunerado el doble del tiempo que dedican los hombres. Este desequilibrio genera una mayor exposición al cortisol, hormona del estrés, y una disminución en la energía que dedicada a otras actividades personales y profesionales.
Escuchar los pensamientos es el primer paso. Para trabajar en la salud mental, es clave desarmar el estigma y la culpabilización que rodean la salud mental relacionada con el rol de la maternidad y detectar a tiempo sentimientos que requieran atención.
Distribuir las labores de cuidado es uno de los primeros pasos para cuidar tu bienestar. También es importante pedir ayuda emocional, encontrarse con otras madres, favorecer el descanso, realizar ejercicio físico y mantener una dieta saludable. Así mismo, dar continuidad a los proyectos personales y profesionales hace parte de ejercer saludablemente la maternidad y contribuir de manera positiva en la crianza de hijos autónomos.
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