Debido a que la ansiedad es multifactorial, hay diferentes hábitos mentales que pueden influir en su desarrollo. Conoce dos de ellos.
La rumiación mental
Darle vueltas y vueltas a un pensamiento es la explicación de este concepto que se refiere a quienes piensan constantemente una misma idea sin llegar a una conclusión definitiva. Se caracteriza porque la persona que lo padece piensa excesivamente en una idea, cree que la resuelve y, sin embargo, reaparece. Se genera entonces una circularidad en los razonamientos y una imposibilidad de digerirlos por completo que puede derivar en un mal funcionamiento vital.
Sentir que este tipo de actividades mentales desbordan o afectan la vida cotidiana es una clara señal de que es preciso buscar ayuda profesional.
Necesidad de control
Responde, en muchas ocasiones, a la necesidad de estar a salvo. La vigilancia aparece como una falsa creencia de que si la persona está al tanto de cada situación podrá evitar aquellas que generan malestar. Esta necesidad está acompañada de preocupación y agotamiento por el esfuerzo que implica la pretensión de abarcarlo todo con resultados perfectos.
Atención plena
El mindfulness o la atención plena enseña a las personas a ser más conscientes del momento presente. Esta actividad requiere de práctica y procura atender el ahora, a la vez que aleja los pensamientos del pasado y el futuro. Además, es una alternativa para combatir la rumiación y el control que resulta en ansiedad.
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meditación diaria es recomendada para ver beneficios.
5.8 %
de los colombianos padece un trastorno de ansiedad, de acuerdo con la OMS.