La relación entre el aumento de las temperaturas y el mal dormir hace que sea más difícil conciliar el sueño.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Harvard es el primero en documentar cómo el calor perturba el sueño y cómo el calentamiento global progresivo hará que el mal dormir sea aún peor. Para llegar a esta conclusión, compararon las respuestas sobre el sueño con las temperaturas locales de los encuestados, encontrando no solo un vínculo entre la temperatura y el sueño, sino que descubrieron que el fenómeno era tres veces más fuerte en verano.
La relación de la temperatura y el sueño se conoce desde hace algún tiempo. A medida que el cuerpo se desplaza hacia la inconsciencia, los vasos sanguíneos de la piel se dilatan, lo que permite que el calor escape y la temperatura corporal central se reduzca. El estudio demostró que la temperatura del aire ambiente por encima de lo normal «evita el desprendimiento de calor del cuerpo central, por lo que el mal sueño se asocia con una elevada temperatura corporal».
El análisis reitera que el buen dormir es fundamental para tener una calidad de vida y que una alteración del clima durante muchos días al mes puede resultar en problemas del sueño, afectando el día a día de las personas. Le puede interesar: Sueño reparador evita enfermedades del corazón y cerebro.
Para conseguir dormir bien se necesita organizar el sueño y hacerlo de forma responsable. Lo recomendado es irse a dormir a la misma hora cada día y despertarse también a la misma hora. Entrenar al cuerpo hará que la persona se duerma más rápidamente y se despierte más fresca.