Un equipo de investigadores perteneciente a la Escuela de Educación de la Universidad de Harvard desarrollaron una guía que busca contribuir a educar niños más preocupados por el bienestar de sus pares.
Este manual se construyó luego de que el grupo de académicos entrevistara a 10 mil estudiantes, entre 13 y 19 años de diversos colegios y la mayoría afirmara que el éxito personal (los logros académicos o la felicidad individual) son más relevantes que preocuparse por el otro. Los 3 aspectos clave para desarrollar en ellos la importancia por agentes externos son:
- Convertir el cuidado de otro en prioridad. Los padres suelen poner en primer lugar los logros y la felicidad de sus hijos. Sin embargo, los niños necesitan aprender a equilibrar sus necesidades con las de otras personas, así desarrollan la empatía y solidaridad, dos valores esenciales en una comunidad. Para que lo incorporen deben exigirles por ejemplo que cumplan sus compromisos, incluso si se eso los hace infelices por un rato.
- Hacer que practiquen la amabilidad. Los niños necesitan vivenciar el cuidado de los demás y expresar gratitud por aquellos que se preocupan por ellos. Las investigaciones indican que las personas que tienen el hábito de expresar gratitud son más proclives a ser útiles, generosas, compasivas y piadosas. Aprender a ser amable es como aprender a andar en bicicleta; no se olvida.
- Ampliar su grupo de interés. Casi todos los niños se preocupan por el estrecho círculo que forman sus familias y amistades. El desafío es que los hijos o alumnos se interesen también por personas fuera de ese grupo, como el nuevo de la clase o alguien que no habla su idioma. Solo a través de este foco, podrán darse cuenta de la existencia de personas que normalmente pasan desapercibidas, y que precisamente son las que necesitan más ayuda.
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