Entre los 15 y 24 años se ubican los llamados ‘ninis’, aquellos que no estudian ni trabajan. Ayudarles a integrarse en la sociedad es importante.
Asesores Juan Diego Tobón Lotero, psicólogo
Hernando Bernal Zuluaga, psicoanalista
Uno de cada cinco jóvenes del continente, representado en más de 20 millones de personas entre 15 y 24 años, vive en estas condiciones: ni estudia ni trabaja. Se conocen comúnmente como ‘ninis’ y la cifra es de un estudio del Banco Mundial presentado en 2016. En este informe se precisa que el camino más común para convertirse en uno de ellos es la deserción escolar para empezar a trabajar, muchas veces, en el sistema informal; seguido del desempleo y la falta de posibilidad de encontrar una ocupación formal por falta de educación.
Un círculo vicioso. Sin embargo, aunque las investigaciones reportan que casi el 60 % proviene de hogares pobres o vulnerables, no es una situación exclusiva de los estratos socioeconómicos bajos.
El fenómeno de los ‘ninis’ en América Latina, como se denominó otro estudio del Banco de Desarrollo de América Latina, reporta para Colombia una tasa del 20,6 % y plantea un concepto que es punto de partida para el análisis de otras causas que llevan a que estos casos se presenten: “La juventud, el nexo entre la vida infantil y la vida adulta, es precisamente el período del ciclo de vida donde las personas realizan la transición entre las etapas del sistema educativo y el mercado laboral. Y dicha transición no suele estar exenta de situaciones de inestabilidad, propias de las necesidades de adaptación y descubrimiento que tienen las personas en cada nueva etapa de la vida”.
Hernando Bernal Zuluaga, docente de la U. Luis Amigó del programa de Psicología y Psicoanalista de Medellín, dice que es un hecho contemporáneo, “que se ha exacerbado en este siglo, es como un síntoma de la contemporaneidad o un síntoma de la sociedad, si se quiere”, en el que habría que hacerse cuestionamientos más allá de las causas que se atribuyen a la falta de oportunidades o a carencias económicas.
“Habría que preguntarse qué está pasando con nuestra sociedad, qué está pasando con las familias, sobre todo, qué está pasando con lo que en el psicoanálisis llamamos la función paterna, que, de cierta manera, es la que pone orden en la familia, ejerciendo una autoridad que lleva a transmitir una responsabilidad a sus miembros, incluidos los hijos, por supuesto. ¿Qué está pasando con esta función paterna que pareciera que no está funcionando?”.
Y es necesario plantearse estos asuntos, considera, porque “estos muchachos terminan siendo sostenidos por alguien”. Situación ante la que muchos de ellos se “acomodan” y los ubica aún más en la postura de no querer estudiar ni trabajar. “Si se piensa bien lo que pasó hasta mediados del siglo pasado, esto prácticamente no se veía o era escaso, pues a los hijos se les transmitía una responsabilidad sobre sus estudios o su trabajo. Incluso, así el muchacho no estudiara, el papá lo mandaba a trabajar”.
Causas múltiples
Si se le preguntara a varios grupos de jóvenes de diferentes estratos e instituciones educativas públicas y privadas, si en algún momento de su vida han pensado en abandonar sus estudios, comenta el psicólogo Juan Diego Tobón, la mayoría diría que así es. Pero no todos desertan ni se excluyen de vincularse al entorno laboral.
Más allá de un tema socioeconómico, el fenómeno de los ‘ninis’ pareciera también estar asociado a uno vital y existencial: “El desencanto con las pautas adultas, la falta de credibilidad en los discursos institucionales establecidos y la construcción de nuevos parámetros de disfrute (hedonismo) contemporáneo. Ello se ha venido volviendo crítico a lo largo de las últimas décadas, pero no es un fenómeno globalizante y generalizador; es claro que pueden verse cientos de miles de jóvenes que disfrutan con la vida escolar y con el trabajo, que construyen rutas de desarrollo para sus vidas y que se motivan intrínseca y extrínsecamente de manera significativa”.
En esta situación influyen también los factores individuales, pues “pueden existir características de desmotivación en estratos socieconómicos 5 y 6, pero también de alta motivación en personas con condiciones desfavorables. Siempre será un asunto que habrá que entender de manera múltiple y que tiene infinitas aristas”.
Posturas cómodas
Este es un fenómeno que implica un compromiso social. Deben pensarlo las familias y los papás, como reafirma Hernando Bernal Zuluaga, que no logran transmitirles a los hijos una responsabilidad sobre su futuro, que no invitan al muchacho a pensar qué va a hacer, qué clase de profesional será. Muchos “padres se han convertido en proveedores y los miman y los satisfacen demasiado; ¿quién quiere irse a estudiar o a trabajar? Así están cómodos”.
Es fundamental, manifiesta Juan Diego Tobón, hacer un trabajo de enlace social con los padres, con la escuela y con la sociedad. “Los jóvenes no se desarrollan como un asunto netamente espontáneo; son producto también de aquello que hemos construido los adultos y más que ser ‘culpa nuestra’ su postura, tiene que ver con las maneras en que hemos asumido el mundo y hemos construido la realidad. Es un trabajo de todos”.
Y, aunque habría que analizarlo caso a caso, una mayoría de estos jóvenes no piensan en el futuro, en planear, sino en vivir cada día, como lo creen los especialistas. Es posible que experimenten la presión social de no trabajar ni estudiar, pero no logran salirse de allí o bien lo aplazan por comodidad o falta de oportunidades, de acuerdo con cada historia personal. Muchas veces priorizan el disfrute del aquí y ahora sobre el futuro.
Los ‘ninis’ son una muestra de una transformación social que impacta dos ámbitos de desarrollo: la educación y el empleo. Por motivos socioeconómicos o por el desencanto frente a lo que les ofrece la vida, por las causas que los lleven a salirse de estos dos marcos, es necesario trabajar para que desarrollen sus potencialidades y se rompan las brechas. Es una invitación a pensarnos como individuos, como familia y como sociedad.
Nuevo orden laboral
Las familias deben estar atentas a los intereses de los jóvenes, si estos se motivan por algún tipo de proyecto laboral, es conveniente apoyarlos. Aunque es una realidad, según Hernando Bernal Zuluaga, que muchos piensan en llegar a ser empresarios que conquistan fortunas sin prepararse para ello, “y puede que haya casos, pero son específicos”. Para Juan Diego Tobón se necesita recuperar la confianza social en la vida, seguir construyendo alternativas para estar juntos. “Es importante seguir acompañando la construcción de preguntas personales ya que pareciera que lo que debe moverse es el mundo afuera y no la manera de verse a sí mismo y de ver la realidad”.
66%de los ‘ninis’ son mujeres, según datos del Banco Mundial.
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